Seguimos traduciendo la serie de artículos «Puentes entre el anarquismo y el confederalismo democrático», escritos por Bruno Lima Rocha y publicados en inglés en KurdishQuestion. Puedes leer aquí la Parte I y Parte II. De nuevo, pedimos disculpas por cualquier error de traducción que pueda haber.
En este ensayo, comienzo a debatir y rebatir la teoría política producida para clasificar a todos los partidos, y en extensión, a todas las organizaciones políticas, en un paraguas que modela la participación política dentro de la democracia indirecta del enfoque liberal. Antes de profundizar en la crítica, resaltaré algunos aspectos. Este artículo no tiene intención de entrar en el debate específico sobre las teorías de los partidos políticos, sino rebatir la parte esencial del enfoque hegemónico de las definiciones de organizaciones políticas. En los dos primeros ensayos ya dimos razones en contra de la tradición Marxista y Marxista-Leninista. En este ensayo y en el siguiente, daremos razones en contra de la teoría producida para reforzar el poder que son los modelos políticos de las sociedades occidentales. Además de luchar contra las definiciones hegemónicas, debo de reconocer que la ciencia política ha discutido este asunto extensivamente, y que el objeto de análisis – el partido político – es una unidad de análisis estructural esencial para el área, y que existe una extensa (y aburrida) literatura sobre ello.
Reconozco la valided de los enfoques de este estudio (los hegemónicos), pero yo realizo un estudio que, desde el punto de vista ideológico, aborda el partido en términos del funcionamiento de su estructura; por lo tanto, hay un cierto énfasis basado en los términos y conceptos usados por la teoría clásica. Este enfoque de las funciones orgánicas intenta observar los tipos de papel que esta unidad de análisis juega en el ejercicio del proceso de Radicalización Democrática (y, obviamente, en el proceso del Confederalismo Democrático), entendiendo el frente político dentro de una democracia liberal como una estrategia permanente que incluye la acción popular, forzando al Estado a interesarse, y siendo consistente con la expansión de los derechos y la libertad individual y colectiva, dada la multiplicidad de temas, demandas, identidades y cuestiones generales.
Comienzo con la premisa de que el aumento substancial en la participación social y las protestas organizadas crea las condiciones para el aumento de la tensión social, pasando a través de este camino la forma de proyección y el intento de consolidación de la hegemonía de las organizaciones políticas anarquistas o el partido anarquista – basado en la incidencia y la integración de las estructuras organizadas de las clases bajas.
En este contexto, mi eje de análisis fundamental es el funcionamiento de la organización política y el entrenamiento necesario para su proyección considerando el concepto estratégico de la radicalización de las demandas a través de la via participativa y de protesta. El aspecto que cambia con respecto al método tradicional de producción de la ciencia política – es el punto de vista ideológico explícito (no implícito como una premisa oculta) – y la localización de la organización social voluntaria e integradora (partido político con delegados con democria interna) siendo estratégica para la acumulación de poder desde un punto de vista obrero y libertario de izquierdas.
Antes de volver al tema del modelo de esta organización, es interesante analizar alguna literatura reciente. Yo discuto en particular lo que concierne a la caracterización del partido, el tipo de participación, el ambiente macro-político (¿qué democracia?), y el formato de proceso a largo plazo en el que ésta organización opera. Para la caracterización de los partidos políticos, Bobbio presenta una definición en su famoso diccionario político. Ahí, Norberto Bobbio y sus socios describen al partido como:
- […] el partido abarca estructuras sociales muy diferentes, desde grupos formados por lazos personales y particulares hasta organizaciones complejas de estilo burocrático e impersonal, cuya característica es el moverse dentro de la esfera del poder político. […] las asociaciones que podemos considerar que son realmente partidos fueron creadas cuando el sistema político alcanzó un cierto grado de autonomía estructural, complejidad interna y división del trabajo, permitiendo, por un lado, un proceso de toma de decisiones que envuelve a diversas partes del sistema y, por otro lado, que entre estos partidos se incluya, en principio o de hecho, representantes de aquellos a los que las decisiones políticas se refieren […]
Bobbio y sus socios caracterizan los partidos como un tipo de organización de masas o masa electoral y esto se ve como un fenómeno equivalente a una configuración organizacional y como un conjunto de funciones desarrolladas. Yo caracterizo estas funciones, entre muchas, como representación política, mediación política, cuestionamiento político, influencia en las decisiones clave de una sociedad, escuela delegada para la élite, posición de poder específica, y promotor de varios intereses difusos y específicos. Todas las definiciones mencionadas están bien fijadas dentro de la manera tradicional y hegemónica de hacer política. No para nuestro proyecto.
Mientras el objetivo estratégico sea diferente de los partidos oligárquicos, una organización política dedicada al cambio social es un recipiente que estimula y acumula poder social y experiencias de protesta social. El papel del centro de discusión estratégica es la naturaleza de una organización social como un partido político.
Las similitudes entre las tradiciones y teorías anarquista y del confederalismo democrático son evidentes de nuevo. Si comparamos mis premisas anteriores con el siguiente texto, es fácil ver similitudes. Leyendo la entrevista al co-presidente del Consejo Ejecutivo de la Unión de Comunidades de Kurdistán (KCK) Bese Hozat (en la web en inglés del PKK), hay una definición casi identica de lo que debe de ser la misión del partido y los puntos cruciales. Pensé que sería mejor enumerar algunos de estos puntos:
“… sigue siendo insuficiente definir al PKK como un movimiento de insurrección por el hecho de que el partido ha presentado el paradigma de la nación democrática, ha mejorado el sistema confederal democrático del pueblo, ha construido un proyecto alternativo del sistema democrático popular en contra del sistema de gobierno estatista de más de 5000 años de edad y está dirigiendo ahora la construcción de este poryecto. Con la forma de via democrática, libre e igualitaria y el sistema ecológico democrático que el PKK ha construido, es el único sistema que liberará a los pueblos. El pueblo kurdo hoy en día está luchando para construir este sistema basado en su propia voluntad. En el estado actual de las cosas, el PKK ha ido más allá de ser un movimiento y se ha convertido en un sistema de convivencia social.”
Una organización politica puede ser una institución social para educar a una nueva clase gobernante como se reconoce dentro de la teoría liberal y hegemónica. O por otro lado, puede ser un lugar para el desarrollo de la mentalidad revolucionaria alimentando verdaderos proyectos sociales en el día a día, sin perder la perspectiva en los haberes estratégicos. Una organización política que no sea una vanguardia auto-proclamada, nunca se convertirá en la nueva élite, como la Nomenklatura en el modelo soviético, sino que se organizará para operar como un motor para el cambio social.
Fuente: KurdishQuestion
Traducido por Rojavanoestasola