HEVALE CÎYA

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La verdad, es muy difícil comenzar esta carta. Ningún comienzo es adecuado para expresar el inmenso dolor que produce la muerte de un compañero, de un amigo, de un gran “Heval”.

Ha pasado más de un mes de su marcha, y todavía es difícil encontrar las palabras que puedan describir el vacío que nos deja esta pérdida. Todavía es imposible imaginar que ya no está, que su humilde presencia, cariñosa y cercana no volverá a acompañarnos.

No podemos evitar el rechazo a esta idea, no podemos aceptar que Hevale Çîya, “Nano”, sea sólo un recuerdo.

Durante el tiempo que ha transcurrido desde su marcha, no hemos mencionado nada al respecto, pues decidimos en su momento que la inmediatez, que la “exclusiva” o el protagonismo de transmitir la noticia no son parte de nuestra forma de ser, ni de nuestra forma de entender la vida. Y mucho menos de entender la muerte, como tampoco lo eran de la de Nano.

Entendemos que el primer momento y los primeros días pertenecen al luto, sobretodo al de la familia. Necesitan su espacio y su tiempo para la despedida. Compartimos con ella el dolor, y debemos aceptar nuestra posición y nuestro papel en estos momentos difíciles. Desde la familia y amigos cercanos se decidió no hacerlo algo “mediático” ni dar mucha información al respecto por varias razones. Una de ellas, porque algunos medios de comunicación, quienes sí buscan la inmediatez y la exclusiva, acosaron al entorno de Nano en busca de información y carroña para sus artículos de prensa, como no tuvieron respuesta, se inventaron, mintieron y manipularon las noticias. No lo olvidamos.

Pasado este tiempo, para familia, amigos y compañeras el recuerdo de Nano sigue vivo, y no sólo sigue vivo, sino que nos guía y acompaña como no podía ser de otra manera.

Desde “Rojavanoestasola” tenemos la necesidad y el deber de despedir a nuestro “Heval”, de mantener su recuerdo vivo y de continuar con la lucha revolucionaria en busca de un mundo mejor. Pues ese es, el mejor homenaje que le podemos rendir desde aquí a nuestro compañero.

Compañero y amigo, Hevale Çîya:

El pasado 2 de Noviembre, recibimos la triste noticia de que esa misma noche, nuestro amigo había perdido su vida durante el descenso de el pico “Himlung”, en la cordillera del Himalaya. La noticia nos atravesó el corazón como un disparo, nos quitó la respiración, nos congeló la sangre. No nos lo podíamos creer.

Nano, como le conocíamos sus amigos y amigas, era una persona con mucha experiencia en la montaña, ya desde su adolescencia comenzó su amor por la montaña y la naturaleza.

Nano trabajó en diferentes sitios a lo largo de su vida, pero desde hacía años su trabajo era el de guía de montaña, residiendo la última época de su vida en Aragües del Puerto, un pueblo en la zona de los Valles Occidentales del Pirineo Aragonés.

También vivió y trabajó en Alemania, donde fue guía de escalada, especializado en un tipo concreto de escalada que consiste en el empotrado de nudos en la roca. Esta característica definía perfectamente el carácter de Nano, pues hace falta sangre fría y mucho “coco” (como dicen en la escalada) para usar ese tipo de técnica.

Aquí en Aragón, aunque él era guía de Montaña, su pasión era también la escalada. Conocía perfectamente cada rincón del territorio, incluso su conocimiento le llevó a escribir artículos en importantes revistas de montaña. En estos artículos Nano siempre daba su personal punto de vista, siempre ligado a las ideas revolucionarias y que hacía llegar a toda la comunidad escaladora. Recuerdo en concreto un artículo sobre los “Mallos de Agüero” donde recalca la importancia histórica de este territorio en la lucha Antifascista y la guerrilla de los “Maquis” durante el Franquismo.

Tras su vuelta de Kurdistán, Nano, al igual que nosotras, sentía que existía un vínculo entre nuestras montañas y las del Kurdistán. Su nombre kurdo era Ciya, que curiosamente significa montaña. Ese vínculo que Nano sentía entre estos dos territorios, se basaba en gran parte en el amor a las ideas revolucionarias que encontraron refugio en nuestras montañas en el pasado, al igual que hoy lo hacen en el Kurdistán. Nano quiso rendir homenaje a este vínculo, a esa hermandad entre pueblos, y así abrió varias vías de escalada cercanas a su hogar en recuerdo de sus compañeros y compañeras “Sehîd” (Mártires) en Rojava, dándoles a estas vías el nombre de esos combatientes.

Hasta el último momento de su vida, llevó estas ideas en su corazón. Cuando nos despedimos antes de su viaje hacia el Nepal, estábamos en una concentración de apoyo a la resistencia de Rojava frente a la invasión Turca. Allí, al acabar, Nano recogió la bandera del PKK y dijo que se la llevaba con él al Nepal, ya que en estos momentos no podía estar con sus compañeros y compañeras de Rojava, pero que de alguna manera quería enviarles fuerzas desde la Montaña. Su último recuerdo en el pico Himlung es más que un mensaje. Es la expresión más clara del carácter y la personalidad de Nano, la montaña y la lucha por la libertad. Aún en duras condiciones siempre con una sonrisa, siempre pensando en los demás, siempre con el corazón abierto, siempre dispuesto a ayudar.

Ese amor inmenso por la montaña y la libertad se veía en sus ojos, se escuchaba en cada palabra, era su seña de identidad. En un artículo que escribió en la revista Rojavanoestasola donde él participaba, comenzaba diciendo así: “Soy Heval Çîya y os quiero hablar de lo que aprendí de mis compañeras y compañeros en Rojava. Ellas y ellos, sin excepción amaban y aman las montañas. De mí no hay nada más que decir. Quiero sólo hablar de mis compañeras allá, de las que se quedaron, de sus montañas y de su lucha revolucionaria”.

La larga trayectoria de Nano en la montaña nunca fue competitiva, ni deportiva, nunca buscó rivalidad, al contrario, pará él la montaña era la vida en si misma, es el camino personal y colectivo. La montaña no sólo es un territorio. Es el principio, es un ideal, es un valor, un horizonte, y también es el final. Por eso, por todo lo que aprendimos a su lado, cariñosamente le llamábamos “Mamoste”(maestro en kurdo).

Nano escribió también un artículo, llamado “Escalar en la sociedad del espectáculo”, en él hacía referencia a un modo diferente de entender la montaña y cita unas palabras de Isaac Puente, médico, anarquista y naturista, en su libro “Alpinismo”. Es importante para las personas que convivimos con él en la montaña recordar estas palabras, porque a través de ellas Nano vivió y compartió la montaña y junto a él aprendimos a ser, a encontrarnos y a vivir.

Dice así; …no se preocupaba de definir ni de adjetivar la escalada o las actividades de montaña. En su bondad personal simplemente enumeraba sus beneficios. Estar en la montaña, escalar, el excursionismo, el alpinismo… tienen sus beneficios para el ser humano y para la sociedad, y ello por distintas vías. Por la del físico, con las indicaciones que precisa el ejercicio físico realizado por músculos, pulmón y corazón. Por la del psiquismo, con el autodominio, la introspección y la voluntad en la que se conforma la personalidad. Por la de Natura, con el vegetarianismo (alimentación sin toxinas, bebida sin excitantes), el nudismo y la higiene. Por la de la salud, dejando los ambientes viciados y enfermizos (dominantes en la ciudad) y volviendo a la vida franca. Por la de la moral, con la comprensión de nuestra humildad y de la forma de ser quienes nos rodean. Es precioso y es así. Todo esto es lo que encontramos ahí fuera, en nosotras mismas, y es muy bonito y subversivo.

Como todos y todas las que le conocimos sabemos, esa ética, esa moral que tenía Nano dejó huella allí por dónde pasó, ha dejado marca a cualquier persona que lo haya conocido, a cualquiera sin excepción. Nano es de sobra conocido en el barrio de Torrero y la Paz de Zaragoza, donde tiene parte de sus raíces, su familia y sus amigos. Siempre ha estado del lado de las luchas sociales y vecinales de la ciudad, de los débiles y las silenciadas. Es de sobra conocido dentro del movimiento anarquista, no solo en Zaragoza, sino en todo el Estado Español, y también ha dejado estela a su paso por Europa y el Kurdistán. Sitio donde sus antiguos compañeros y compañeras no han tardado en enviarnos fuerza y compartir su dolor, recordándonos lo admirado que fue en estos sitios y su orgullo y la alegría por haberlo conocido.

Nano combatió junto al pueblo kurdo y árabe en Rojava en las milicias de las YPG, y junto a otros y otras internacionales en el batallón AIT. Participó entre otros en los duros combates por la liberación de Raqqa y dejó allí a compañeros y compañeros a los que nunca olvidó, en palabras suyas: “Su sacrificio no será olvidado. Su sacrificio ha hecho que Rojava resista como un faro de esperanza para todas aquellas personas en la Tierra que aman la libertad, buscan la justicia y sueñan con la paz”.

Ahora, Nano, uno de los más grandes revolucionarios y anarquistas que ha dado nuestra tierra en los últimos tiempos ya descansa. Junto a sus compañeros y compañeras del Kurdistán, junto con los Hevalen Çem, Kawa Amez, Rustem Cudî, Firat, Redur, Mehmet, Dilbirîn Qamislo, Avasin Tekosin, Mezlum, Arges, Awaz Dilges, Saxewan, Servan, Asiye Deniz, Avasîn Kesra, Adal, Diljîn Ararat…

Ahora Nano, Hevale Çiya, ha alcanzado la eternidad, allí donde siempre quiso estar, en la montaña. Junto con todos y todas aquellas que dieron la vida y alcanzaron la muerte en la lucha por la libertad. Pero lo más importante, Nano sigue vivo en todos nuestros corazones, porque como él decía, las personas que nos rodean ayudan a forjar nuestra personalidad, y estamos seguros que todas las personas que le hemos conocido, vivimos con una parte preciosa de él.

Compañero Fernando Sánchez Grasa, tu luz guía nuestro camino, descansa en paz.

Sehid namirin! (Los mártires son Inmortales)

Zagros, Diciembre 2019


Sin miedo y con esperanza

En memoria y homenaje a nuestro compañero Nano, heval Çiya – anarquista, montañero, internacionalista y compañero.

Nano, heval Çiya, es un compañero que difícilmente puede ser descrito con palabras. Aquellas que lo conocíamos, que compartimos vida y lucha con él sabemos que es difícil hacerle honor suficiente en un texto.

Heval Çiya, montaña, era más que un montañero, era amante de las montañas y de la vida que albergan y generan. Las montañas eran su casa, sus amigas. Quizás por eso se sintió tan unido a la lucha del pueblo kurdo, ese pueblo cuyas únicas amigas dicen son las montañas. Heval Çiya estuvo en dos ocasiones en Rojava. La primera vez en el 2015 dos meses en un proyecto civil de construcción de un hospital en Kobanê. La segunda desde otoño de 2016 hasta primavera de 2017 luchando como internacionalista en las YPG. Heval Çiya durante ese tiempo luchó en el frente de Al-Bab y tomo parte en la formación de la AIT – Anarchist International Tabur dentro de las YPG junto con otros compañeros internacionalistas. Porque heval Çiya era también anarquista. Anarquista de bondad, de corazón, socialista. Un anarquista que llevaba hasta las últimas consecuencias el significado de esa ideología. Amaba la vida, amaba a las personas, a todas, amaba la lucha por lo que era justo. Amor es lo que desprendía siempre a su alrededor. Heval Çiya tenía una personalidad revolucionaria de esas pocas que quedan en nuestro tiempo. Te hacia sentir siempre bien, cómoda, querías siempre estar más con él y continuar hablando. Su actitud en sí era una critica suficiente que te invitaba a ser mejor persona y mejor revolucionaria. Porque como bien nos decía, ser revolucionario es ser buena persona, y la anarquía no es más que la tendencia humana a la bondad. Nos repetía que esto es lo que había visto en los y las compañeras de la revolución en Kurdistán. El amor, el cariño con el que hablaba de los hevals en Kurdistán es indescriptible. Su forma de explicar Rojava y el Kurdistán era a través de la personalidad de las compañeras, de las hevals, de los valores transmitidos a la sociedad. Si querías conocer qué revolución estaba teniendo lugar en Rojava, él te contaba la vida y personalidad de compañeras Şehîds, su ética y su bondad. Él tomó este ejemplo, porque ya lo llevaba dentro, y fue un ejemplo para el resto transmitiendo estos valores cada segundo.

Heval Çiya vivía en las montañas del Pirineo aragonés. Tenía una fuerte consciencia de la tradición revolucionaria de resistencia de ese lugar y una profunda conexión con la lucha del pueblo vasco, la lucha antifascista y la revolución anarquista del 36 en España. Esas montañas del Pirineo albergaron también la resistencia de guerrilleros antifascistas y de internacionalistas que en el 36 nos traían un mundo mejor en sus corazones. Heval Çiya trabajaba muchísimo para unir esta tradición revolucionaria e internacionalista. Recorrió el Pirineo buscando las rutas de los maquis, descubriendo sus cuevas, escribiendo artículos en revistas de montaña que rescataban esta memoria que el fascismo y la democracia española han intentado siempre aniquilar. Y escalaba siempre. Desde que estuvo en Kurdistán esas nuevas rutas de escalada que abría llevan el nombre de mártires del Kurdistán. El Pirineo aragonés está ahora albergado también y bien protegido con la memoria de decenas de Şehîds.

Nano, heval Çiya, es aún extraño andar por aquí y pensar que ya no estás, dejas un vacío enorme en estas montañas y en nuestros corazones que va a ser difícil de llenar. Pero sobre todo me dejas con la certeza más que nunca de que el internacionalismo y la lucha revolucionaria es el camino, continuarlo siempre, va a ser el mejor homenaje.

Quiero recordarte con un poema que nos nombrabas en varias ocasiones cuando hablabas de los y las compañeras Şehîds de Kurdistán. Cada compañero tiene un pedazo de sol, tu eras un sol para nosotras, que alumbraba nuestro camino y nos calentaba en las situaciones que parecían más frías. Siempre alumbrarás nuestra noche, esta larga noche que caminaremos sin descanso hasta que salga finalmente el sol.

Por todos los şehîds y todas las compañeras que han dado su vida en la lucha. Nos vemos en las montañas.

Şehid namirin.

“cada compañero tenía un pedazo de sol/
en el alma/ el corazón/ la memoria/
cada compañero tenía un pedazo de sol/
y de eso estoy hablando

no estoy hablando de los errores que
nos llevaron a la derrota/ por ahora/ no
estoy hablando de la soberbia/ la ceguera/ el delirio
militarista de la conducción/
estoy diciendo que cada compañero tenía un pedazo
de sol

que le iluminaba la cara/
le daba calor en el pavor nocturno/
lo abellaba alegrándole los ojos/
lo hacía volar/ volar/ volar/

¿se apagaron esos pedazos de sol ahora?/ ahora que los compañeros murieron/ ¿se
apagaron sus pedazos de sol?/ no siguen alumbrándoles alma/
memoria/ corazón/ calentándoles
el calcañar/ los huesos disparados de sombra?

solcito que se apagaba así/
todavía alumbrás esta noche/
en que estamos mirando la noche
hacia el lado por donde sale el sol”.

– Juan Gelman, Nota XIII

Viyan, Diciembre 2019


ENGLISH VERSION

Truly, it is really difficult to start this letter. No beginning is adequate to express the immense pain that comes with the death of a comrade, a friend, a great “Heval”.

It’s been more than a month since he left us, and it is still difficult to find the words to describe the emptiness left by this loss. It is still impossible to believe that he is no longer here, that his humble, loving and familiar presence won’t be with us anymore.

We can’t help rejecting the idea, we can’t accept that Heval Çîya, “Nano”, is just a memory.

In the time that has passed since he left us, out of respect, we remained silent about it. We made this choice as we decided that broadcasting this news, as if it were an «exclusive», a chance to be in the limelight, is not part of our understanding of life, not how we live our lives. Neither is it part of how we understand death, nor was it Nano’s way.

We believe that the first moments, the first days, belong to mourning, especially family mourning. The family needs time and space for the farewell. We share our pain with the family, and we have to accept our place and our role at this difficult time. We, Nano’s family and close friends, decided not to make a high-profile announcement nor to give much information out when he died. One of the reasons for this was that some media harassed Nano’s family and circle of friends, seeking information and rumour for their press articles. Those media did not obtain an answer from us, and then they lied, made up, and manipulated the news. We do not forget.

Having allowed some time, for family, friends and comrades, Nano’s memory is alive, and it is not just alive, but is with us and guides us. It could not be otherwise.

From “Rojavanoestasola” we feel the need and duty to say farewell to our “Heval”, to keep his memory alive, and to continue the revolutionary struggle in the pursuit of a better world. This is the best tribute we can give to our comrade.

Comrade and friend, Hevale Çîya:

On the 2nd of November last, we received the sad news that our friend had just lost his life during the descent of Himlung peak, in the Himalayan mountain range. The news pierced our hearts like a dagger, it stopped our breathing, it froze our blood. We could not believe it.

Nano, as his friends knew him, was a person with wide experience in the mountains. His love for nature and the mountains began in his teenage years.

Nano worked in different jobs throughout his life, but for the last few years he worked as a mountain guide, living in Aragües del Puerto, a village in the Aragonese Pyrenees Occidental Valleys area.

He also lived in Germany, where he worked as a climbing guide, specialising in a particular type of climbing which emplaces knots into the rock. This specific technique matched Nano’s nature perfectly, as it calls for good judgement and nerves of steel.

In Aragon, he was a mountain guide, but his passion was rock-climbing. He knew every corner of the territory like the back of his hand, and his knowledge led to him writing articles for leading mountain magazines. Nano always gave his own point of view in his articles, linking the content to revolutionary ideas which thus reached the whole climbing community. I remember one of his articles in particular, about “Mallos de Agüero”, in which he highlighted the historic significance of the area for the anti-fascist struggle and the guerrillas of the Maquis during the Franco regime.

After Nano’s return from Kurdistan, he (like the rest of us) felt that there is a link between our mountains and those in Kurdistan. His Kurdish name was Çîya, which curiously enough means mountain. This connection which Nano felt between both territories was based to a large extent in the love he felt towards the revolutionary ideas which in the past found refuge here in our mountains, as they do now in Kurdistan. Nano paid tribute to this link, to this bond between both peoples, opening several climbing routes close to his home in memory of his “şehîd” (martyr) comrades in Rojava, giving the routes the names of those fighters.

Until the end of his life, he carried these ideas in his heart. The last time we said goodbye, just before his journey to Nepal, we were in a rally in support of Rojava and against the Turkish invasion. There, when the rally was finished, Nano took a PKK flag to bring with him to Nepal. As he could not be with his comrades from Rojava during his journey to Nepal, he wanted to show them support from the mountain. Our last image of him [a picture of him with the PKK flag] from Himlung peak is more than a message, it is also the clearest expression of his nature and character; the mountain and the battle for freedom. Even under harsh conditions he always wore a smile, always thought about others, always with an open heart, always willing to help.

His immense love for the mountain and for freedom could be seen in his eyes, and heard in his words. It was his distinguishing feature. One of the articles he wrote for Rojavanoestasola magazine began: “I am Heval Çîya and I want to divulge what I learnt from my comrades in Rojava. All of them without exception loved and love the mountains. About me, there is nothing more to say. I just want to talk about my comrades there, the ones who stayed, about their mountains and their revolutionary struggle.”

The long career of Nano in the mountains was not competitive, as he never sought rivalry. On the contrary, for Nano the mountains were like life itself, both a personal and a collective journey. The mountain is not only a place. It is the principle, an ideal, a value, a horizon, and also the end. This is the reason, because of how much we learnt from him, that we fondly called him “Mamoste” (teacher in Kurdish).

Nano wrote another article, called “Climbing in the society of the spectacle”, in which he referred to a different way of understanding the mountain and where he quoted some words by Isaac Puente, a doctor, anarchist and naturalist, from his book “Alpinism”. These words are important for us – the people who lived with Nano in the mountain- to remember. Through these words, Nano lived and shared the mountain, and together with him, we learnt to be, to find ourselves, and to live.

It reads as follows: “…they did not care about defining or adding adjectives to climbing or any other activity in the mountains. From their personal goodness, they simply listed its benefits. Being in the mountain, climbing, hiking, mountaineering… have benefits for human beings and for society, in different ways. On a physical level, through the exercise of the muscles, lungs and heart. On a psychological level, through the self-control, introspection, and willpower which shapes personality. Through nature, with vegetarianism (foods without toxins, drinks without stimulants), nudism and hygiene. Through health, escaping from corrupted and sick environments (so common in the cities) and returning to a natural life. Through morals, by understanding our humility and the nature of those around us. It is precious and this is how it is. All these are what we found outside and in ourselves, and it is beautiful and subversive.”

Everybody who knew Nano knows that those morals, those ethics Nano had, left a mark everywhere he went, a mark in everybody who knew him, without exception. Nano was well-known in the Torrero and La Paz neighbourhoods of Zaragoza where part of his roots are, his family and friends. He was always involved in social and neighbourhood struggles, always on the side of the weak and those without a voice. He was well-known in anarchist circles too, not only in Zaragoza (his hometown) but all over the Spanish state. He also left an important mark on his journeys throughout Europe and Kurdistan, places from where his comrades have promptly shown us their support, have shared their pain, and have reminded us how admired he was in Kurdistan, and of their pride and joy at having known him.

Nano fought side-by-side with the Kurdish and Arab people in Rojava, in the YPG militias, together with other internationalists in the Anti-fascist International Tabur. Among other battles, he took part in the hard fighting to free Raqqa, where he lost comrades who he never forgot. In his own words: “Their sacrifice will not be forgotten. Their sacrifice has allowed Rojava to resist as a beacon of hope for all the people on Earth who love freedom, seek justice and dream of peace”.

Now, Nano, one of the greatest revolutionaries and anarchists that our land has produced in recent times, rests. Together with his comrades from Kurdistan, together with the Hevalen Çem, Kawa Amez, Rustem Cudî, Firat, Redur, Mehmet, Dilbirîn Qamişlo, Avaşin Tekoşin, Mezlum, Argeş, Awaz Dilgeş, Saxewan, Şervan, Asiye Deniz, Avasîn Kesra, Adal, Diljîn Ararat…

Now, Nano, Heval Çîya, has reached eternity, where he always wanted to be; in the mountains. Together with all those who gave their lives and met death in the fight for freedom. But, what is more important, Nano is still alive in all our hearts, because as he used to say, the people around us help to shape our personality, and we are sure that everybody who met him, lives with a precious part of him inside them.

Comrade Fernando Sánchez Grasa, your light guides our way, rest in peace.

Şehîd namirin! (The martyrs are immortal!)


Fearless and hopeful

In memory of our comrade Nano, Heval Çîya – anarchist, mountaineer, internationalist, and friend.

Nano, Heval Çîya, was a comrade who it is difficult to describe with words. We, the people who knew him, who shared life and struggle with him, know that it is difficult to honour him sufficiently with just words.

Heval Çîya, mountain, was much more than a mountaineer, he was a mountain lover and a lover of the life which mountains harbour and create. The mountains were his home, his friends. Maybe this was the reason why he identified so strongly with the struggle of the Kurdish people, who say their only friends are the mountains.

Heval Çîya went to Rojava twice. The first time, in 2015, he participated for two months in a civil project, the building of a hospital in Kobanê. The second time, he fought as a YPG internationalist from autum 2016 until spring 2017. Heval Çîya fought during this period on the Al-Bab front, and he took part in the setting up of the Anti-fascist International Tabur within the YPG, together with other internationalist comrades

Heval Çîya was also an anarchist. An anarchist because of his kind spirit, from the heart, a socialist. He was an anarchist who brought to its logical conclusion the meaning of this ideology. He loved life, he loved people, all people, he loved the fight for justice. He always radiated love.

Heval Çîya had a revolutionary personality, an uncommon one in these times. He always made you feel right and comfortable, thus you always wanted to be by his side and to keep on talking to him. His attitude alone was a powerful incentive to encourage you to become a better person and a better revolutionary. As he used to say, to be a revolutionary, to be kind, and anarchy, are all simply manifestations of the human tendency to kindness.

On several occasions he talked about having seen these qualities in his comrades in the Kurdistan revolution. The love and affection with which he would speak of the Kurdish hevals is indescribable. He used to explain Rojava and Kurdistan through the nature of the hevals, the comrades, and the values they passed on to society. When you asked him about the revolution taking place in Rojava, he would explain it through the lives and personalities of the comrade şehîds, their ethics and kindness. He followed in their footsteps, because he already had it in him, and he was an example for others, passing on these values at all times.

Heval Çîya used to live in the Aragonese part of the Pyrenees Mountains. He was strongly aware of the revolutionary tradition of resistance in the area, and had a deep connection with the struggle of the Basque people, the antifascist struggle, and the Spanish anarchist revolution of 1936. The Pyrenees were home to the antifascist guerrilla resistance and the crossing place of the internationalists who in 1936 brought us a better world in their hearts. Heval Çîya worked hard to show the connection between these revolutionary and internationalist traditions. He went all over the Pyrenees searching for Maquis routes, discovering their caves, and writing articles for mountaineering magazines which recovered these memories that fascism, as well as the Spanish democracy, have always tried to wipe out. He climbed constantly. Ever since he had been in Kurdistan, he would name the new climbing routes he opened after Kurdish martyrs. Thus, the Pyrenees now hold and are well protected by the memory of dozens of şehîds.

Nano, Heval Çîya, it still feels strange to walk around and think about you not being here anymore. You left an immense emptiness in these mountains, and in our hearts, which is going to be difficult to fill. But most of all, you left me with the certainty, more than ever, that internationalism and the revolutionary struggle is the only way. To continue in this way will be the best tribute.

I want to remember you with a poem which you used to often recall when you spoke about the şehîds in Kurdistan. ‘Each comrade had a piece of the sun’, you were a sun for us, you lit our way and warmed our hearts in what seemed like the coldest situations. You will always illuminate our night, this long night in which we walk forward without cease, until the sun finally comes up.

For all the şehîds and all the comrades who gave their lives for the struggle. See you in the mountains.

Şehîd namirin.

Each comrade had a piece of sun/

In his soul/in his heart/in his memory/

Each comrade had a piece of sun/

And it is of this that I speak»

«I am not talking about the mistakes

which led us to the defeat/ for now/no,

I am talking about the arrogance/the blindness/

the militaristic delirium of the system/

I am saying that each comrade had a piece of the sun.»

which lit up his face/

which gave him warmth during the dread of night/

made him beautiful, brightening his eyes/

Made him fly/ fly/ fly/

Did those pieces of the sun go out?/
Now that the comrades have died?/
Did they not continue illuminating their souls/

their memories/ their hearts/ warming their heels/

their bones shot by the shadow?

Little sun that was going out thus/
You still illuminate this night/
In which we look at the night/
Toward the side where the sun rises.

Juan Gelman, Note XIII

Viyan, December 2019