Más allá de las fronteras: defendiendo la revolución silenciosa de Rojava en Kobanê

En medio del conflicto de la guerra en Siria y la aparición del Estado Islámico, agrupación que se ha hecho mediaticamente conocida por asesinar frente a las cámaras a periodistas occidentales, se está desarrollando un proceso que algunos han denominado como revolucionario. Consiste en la sublevación de poblaciones kurdas que en diferentes puntos de Siria y Turquia han llevado a cabo una organización política y militar para defenderse de los grupos que los asedian.

Desde los orígenes de la resistencia kurda hace más de 30 años, los grupos subversivos han derivado desde ideas marxistas-leninistas hasta orientaciones municipalistas libertarias inspiradas en el anarquista Murray Bookchin, por ejemplo. En la actualidad uno de los territorios controlados por estos grupos kurdos de orientación revolucionaria están siendo atacados por el Estado Islámico, con la complicidad de las potencias extranjeras. A continuación un texto escrito por un compañero que se encuentra en la zona y que intenta reflejar el ambiente y el proceso que se vive en este territorio del planeta, el cual ha sido silenciado por toda la prensa occidental.

Fuente: GLAD Madrid.

Mientras miles de refugiados están llamando desesperadamente a una mayor participación y apoyo de la comunidad internacional, el cantón central del Kurdistán occidental (Rojava), Kobanê, resiste a un feroz asedio montado por la organización del Estado Islámico (ISIS). Parece que el mundo entero ha hecho la vista gorda ante los gritos de socorro que vienen de Kobanê, ya que la ciudad se encuentra a pocos kilómetros de distancia de una posible masacre horrenda a manos de los militantes del ISIS. Si la revolución en Rojava había sido condenado a un largo silencio deliberado, también lo han sido los gritos.

Rojava (“Oeste” en kurdo) es una región autónoma de facto situada en el norte y el noroeste de Siria, que consta de tres cantones: Cizîr, Kobanê y Efrin. Los tres cantones se extienden a lo largo de unos 900 kilómetros de frontera entre Siria y Turquía y no sólo separan el territorio nacional de ambos estados, sino también a los miles de familias kurdas y amigos que viven allí. Las personas que viven en ambos lados de esta frontera artificial, llena de minas terrestres, hablan el mismo dialecto del idioma kurdo, Kurmancî, y la mayoría de ellos tienen relaciones históricas de parentesco al otro lado de la frontera que provienen de siglos atrás, compartiendo una historia común que empieza mucho antes que las fronteras nacionales que se les impone.

Una revolución silenciosa puesta en marcha

Fue el comienzo de la guerra civil de Siria a principios de 2011 la que cambió el destino de Rojava drásticamente. Los kurdos de Rojova llevaron a cabo una serie de reformas estableciendo una administración autónoma democrática, aprovechando la inestabilidad en Siria causada por los continuous enfrentamientos sangrientos entre las fuerzas del Estado de Bashar al-Assad y una oposición siria altamente atomizada, el llamado Ejército Libre de Siria. Bajo el liderazgo del PYD (Partiya Yekîtiya Demokrat – El Partido de la Unión Democrática) liderado por Saleh Muslim (como presidente) y Asya Abdullah (como co-presidenta), la región autoproclamada autónoma de Rojava puso en práctica un modelo democrático alternativo basado en el pluralismo, la igualdad y la justicia social, mediante un acuerdo de autogobierno en conformidad con el modelo de la autonomía democrática del PKK. El PKK (Partiya Karkerên Kurdistan – Partido de los Trabajadores del Kurdistán) ha mantenido una confrontación armada de 30 años con el Estado turco con el fin de obtener más derechos democráticos para todos los grupos étnicos y religiosos que viven en el país. Poco después de garantizar la seguridad en el Kurdistán occidental mediante el YPG (Unidades de Protección Popular) ante el inicio de la guerra de Siria, el PYD tomó medidas para realizar las primeras reformas democráticas esperadas desde hace mucho tiempo. Las mismas incluyen la mejora de los derechos lingüísticos severamente reprimidos, así como cuestiones sociales como la alfabetización y la igualdad de género.

No es sorprendente que el proceso revolucionario de Rojava haya sido realizado con un extraña silencio (como se define con gran precisión en el asombroso documental titulado “La revolución silenciosa” (The Silent Revolution) realizado por David Meseguer y Oriol Gracià en condiciones extremadamente difíciles) recibiendo poca cobertura en los medios de comunicación internacionales. Sólo unos pocos medios alternativos, como el trabajo realizado por Meseguer y Gracià, se atrevieron a reflexionar sobre lo que había estado ocurriendo. Muchos se preguntan por qué las organizaciones internacionales de medios de comunicación no cubrían la existencia de un mínimo de 50% de cuotas en la representación femenina obligatoria para todas las entidades públicas o la existencia de un sistema de co-presidente entre hombres y mujeres en puestos políticos. Ha de tenerse en cuenta que esos pasos feministas en Rojava se dieron mucho antes del sensacionalista discurso que dio Emma Watson, que contó una amplia cobertura en los medios, y que tuvieron lugar en Oriente Medio, donde el valor de la mujer es equivalente a sólo unas pocas cabezas de ganados y no en los suntuosos edificios de la ONU en Nueva York, repletos de visitantes distinguidos.

Por otro lado, la revolución de Rojava ya había incomodado a algunos. Defensores pro-democráticos en los EE.UU. y la UE no tardaron en señalar que no reconocerían la administración de Rojava, y que no iban a hacer ninguna distinción entre el PYD de Rojava y el PKK, que estaba en sus listas de organizaciones terroristas. Turquía, también expresó en voz alta sus preocupaciones de seguridad y desplegó un gran número de tropas y artillería pesada a lo largo de toda la frontera, indicando que tomaría todas las medidas necesarias contra cualquier establecimiento que considerara una amenaza para su seguridad nacional. Tales medidas incluirían probablemente ataques de aviones a civiles que cruzaran al otro lado de la frontera, como ocurrió a finales de 2011 en Roboski, masacre que acabó con la muerte de 34 contrabandistas de tabaco, en su mayoría niños, en bombardeos aéreos realizados por aviones turcos F-16. Al parecer, debido a los mismos problemas de seguridad, el gobierno turco puso en marcha un plan para erigir un muro en frente de la frontera de la vecina Nusaybin que tuvo que ser cancelado gracias a la masiva protesta públicas. El líder del Gobierno Regional del Kurdistán (GRK), Masoud Barzani, rechazó furiosamente la autonomía declarada en Rojava. La medida que tomó él, un poco más humana que las tomadas por sus homólogos turcos, fue cavar una larga y profunda trinchera a lo largo de la frontera compartida entre el Gobierno Regional de Kurdistán y el territorio de la administración de Rojava. Parece que era deseable que la revolución de Rojava fuera silenciosa y aislada, no sólo mediáticamente sino también físicamente.

ISIS se une al juego

Mientras la revolución silenciosa de Rojava estaba en marcha, a pesar de las difíciles condiciones de la guerra civil de Siria, el aislamiento absoluto de la comunidad internacional así como la constante presión de los países vecinos, la organización ISIS surgió como un nuevo actor en este viejo juego. El Gobierno central chíi de Irak, altamente corrupto e ilegítimo, había mantenido durante mucho tiempo duras políticas discriminatorias sobre los sectores suníes del país que antes habían estado en el poder. Los actos de Al-Qaeda, como las bombas suicidas contra ciudades pobladas mayoritariamente por los chiíes, hicieron que la división entre suníes y chiíes en la sociedad iraquí fuera aún más pronunciada. La guerra actual en Siria entre las fuerzas del régimen de Asad y el llamado Ejército Libre de Siria, que también incluyó a elementos vinculados con al-Qaeda como el Frente al-Nusra, era un terreno perfecto para extender la doctrina yihadista sobre las poblaciones árabes en su mayoría suníes y, finalmente, organizar una insurgencia islámica de gran escala que destruiría brutalmente todo lo que se pone contra ellos.

Una soldado kurda mira al campo de batallaCreciendo cada vez más en un corto período de tiempo y, al parecer, alimentándose por el apoyo financiero de los Estados del Golfo persico, ricos en petróleo así como por el apoyo logístico de Turquía, el ISIS se quedó al mando de gran número de ciudades iraquíes, incluida Mosul, con una importancia estratégica crucial. Allí era donde su líder, Abu Bakr al-Baghdadi, declaró el Califato islámico e impulsó la guerra contra todos los “infieles” y sus colaboradores. Con la rápida expansión en Irak y Siria, los militantes del ISIS comenzaron a masacrar indiscriminadamente o convertir forzadamente a todos aquellos que no fueran de su religión. Las decapitaciones de periodistas extranjeros y de trabajadores de ayuda humanitaria secuestrados fueron utilizados como propaganda y herramientas para el reclutamiento de los recién llegados que estuvieron dispuestos a ser mártires en el nombre de Allá.

La distancia y estado de paz que mantuvo el ISIS con la administración kurda del norte de Irak (cuya población es de mayoría suní) en la fase inicial fue de corta duración. Hace un par de meses, comenzaron ataques intensivos y los militantes del ISIS hicieron un progreso increíble en su camino hacia las ciudades kurdas clave, cometiendo atrocidades horribles como matanzas masivas, secuestros y violaciones a las mujeres de las minorías religiosas de la zona.

Una masacre atroz de la comunidad Yazidí en Sinjar dejó, según consta, cientos de hombres ejecutados, así como cientos de mujeres secuestradas, violadas y esclavizadas. Las fuerzas Peshmerga de Barzani tuvieron que retirarse, dejando ciudades estratégicas en manos del ISIS. Mientras el ISIS estaba acercandose a la capital del GRK, Erbil (Hewler), iban a ser HPG, las fuerzas armadas del PKK, y YPG/YPJ, las del PYD, quienes intervinieran y expulsaran a los militantes del ISIS fuera del Kurdistán iraquí. Después de reconquistar Makhmur, el propio Presitende Barzani estaría presente para agradecer personalmente a los comandantes encargados del HPG. Sin embargo, los medios de comunicación, una vez más, darían todo el crédito a las fuerzas de Peshmerga, respaldados por los ataques aéreos estadounidenses. Parece que el silencio había sido sustituido por la manipulación en el Kurdistán iraquí ya que un grupo que estaba incluido en la lista negra de terroristas no podría ser el que liberase a un pueblo invadido por otro grupo terrorista. Al parecer, pensaban que eso sería demasiado complicado para ser digerido por la opinión pública occidental.

Kobanê bajo asedio: silenciando la esperanza

El próximo objetivo del ISIS era un punto estratégico clave: El cantón de Rojava, Kobanê, que conecta otros cantones kurdos occidentales y es clave como lugar de paso entre el Kurdistán sur y el norte. Atacar a Kobanê no fue una elección al azar, sino más bien un salto estratégico hacia adelante, según lo declarado por Sabri Ok, uno de los miembros ejecutivos de alto rango del PKK, que acusa abiertamente al Estado turco de complicidad y colaboración con el ISIS.

Una soldado kurda mira mientras Isis acerca a KobanêHaki Kobanê, el Comandante del YPG en el frente occidental de Kobanê, señaló desde el campo de batalla que el ISIS había intensificado sus ataques en los últimos días en coordinación con el gobierno turco y comenzó a utilizar artillería aún más pesada. Las acusaciones van más allá de una teoría de conspiración o una propaganda antiturca de los patriotas kurdos: Se vio en el pasado reciente que los miembros heridos del frente yihadista anti-kurdo al-Nusra Front habían sido trasladados a hospitales turcos y enviados de vuelta a Siria una vez habían sido curados. Además, “los camiones de ayuda humanitaria” llenos de artillería pesada acompañados por los miembros de los servicios secretos turcos habían sido confiscados en la frontera con Siria por los fiscales turcos a quienes Erdoğan, entonces Primer Ministro, había acusado de pertenecer a la justicia del “Estado paralelo” contra su gobierno en referencia a los miembros del poder judicial y los policías vinculados con el clérigo musulmán autoexiliado Fethullah Gülen. Era también bastante sospechoso que el ISIS hubiera tenido como rehene a unos 49 miembros del consulado turco en Mosul y luego esos “huéspedes” fueran liberados por el mismo grupo a cambio de la correcta actitud de Turquía y la buena voluntad ofrecida a la organización yihadista.

Kobanê tiene también importancia simbólica para muchos kurdos en el conflicto con Turquía desde 1984, cuando fue lanzada la primera ofensiva por la guerrilla del PKK en el norte del Kurdistán. En los primeros días de la ofensiva del PKK, el histórico líder de la lucha nacional kurda, Abdullah Öcalan, dirigía el partido mientras residía en Rojava, que era un refugio seguro para la cúpula ejecutiva del partido. Ahora, totalmente controlado por un PYD afiliado al PKK y asegurado por las guerrillas revolucionarias del YPG, una posible caída de Kobanê y posterior conquista por el ISIS representarían una herida profunda en el ánimo entre muchos militantes, así como entre los kurdos civiles que tienen sentimientos de simpatía hacia el partido. Semejante posibilidad interrumpiría definitivamente la revolución en Rojava y desestabilizaría la región desacreditando la autoridad del PYD. Sin duda, esto sería un escenario ideal para el vecino oportunista, Turquía, que ha expresado varias veces su intención de establecer una “zona de amortiguación” en el norte de Siria (lo que significa una invasión militar directa de Rojava por el Ejército turco, aliado de la OTAN), así como las fuerzas de la coalición encabezadas por los EE.UU. que, finalmente, han acordado realizar una ofensiva militar conjunta sobre los objetivos del ISIS.

Finalmente, parece que el modelo democrático alternativa actual creado y puesto en práctica en Rojava ha molestado a muchos, incluyendo aquellos que mantienen un discurso prodemocrático para el Oriente Medio que se planea construir. Para los kurdos, una auto administración y la democracia serán posibles siempre y cuando obedezcan a las reglas del juego y estén plenamente integrados a la economía de mercado, como se ve en el caso de Barzani. En otras palabras, la democracia únicamente se desea cuando su parte más crucial, demos, se deja a un lado, y solamente cuando se trata de la democracia en un sistema dirigido por las élites aristocráticas que están en completa cooperación con sus socios occidentales.

Tras haber dibujado el panorama de la situación actual, la revolución de Rojava todavía se mantiene en silencio. En los últimos días, el único ruido escuchado en Kobanê ha sido los fuegos de artillería dirigidos hacia los civiles que viven en la ciudad. Los ataques aéreos estadounidenses están dirigidos a las reservas de petróleo en manos del ISIS, a unos 20 kilómetros de distancia de Kobanê, y no exactamente a la artillería pesada que es un objetivo claro que rodea la línea de asedio. Los combatientes kurdos, hombres y mujeres, están defendiendo Kobanê justo en frente de miles de simpatizantes que acuden desde el resto del Kurdistán norte para saludarles y apoyar moralmente la resistencia kurda contra el ISIS en la ciudad de Suruç que hace frontera con Kobanê. Algunos voluntarios cuidan a lo kurdos desplazados, cuyo número ya ha superado las cien mil personas. Otros rompen las alambradas que divide a la gente con el fin de unirse al YPG ya que las autoridades turcas no les permiten cruzar la frontera. Mientras la guerra se lleva acabo en los pueblos que rodean a Kobanê, sólo a unos quinientos metros de distancia al otro lado de la frontera, la policía militar turca usa cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersar a los civiles que apoyan a su propia gente que lucha en el otro lado. Es difícil entender si la presencia militar turca tiene como objetivo mantener la seguridad o dispersar la cadena humana realizada por partidarios del YPG.

Hoy en día, Kobanê sigue resistiendo en condiciones injustas. El ISIS ataca con todas las armas pesadas y sofisticadas estadounidenses capturadas al ejército iraquí, son mucho más en número y también poseen importantes ingresos petroleros. Sin embargo, no son el único enemigo al que los kurdos tienen que enfrentarse; Kobanê también resiste a los aliados y cómplices ocultos del ISIS, y sobretodo a un mundo entero que hace la vista gorda a sus sufrimientos y luchas. Al igual que el duro trabajo realizado durante la revolución de Rojava desde el comienzo de la guerra civil siria se ha mantenido silenciado, una posible pérdida de Kobanê no sería percibido de manera diferente a la pérdida de cualquier otra ciudad bajo amenaza del ISIS. Cada día que el sitio continúe y los ataques del ISIS se intensifiquen, los kurdos se desesperan más y su esperanzas se desvanecen. Sin embargo, para muchos combatientes del YPG en el campo de batalla y las personas que los respaldan, la esperanza y la fe son las únicas fuentes morales con el fin de defender y luchar por lo que han estado construyendo en Rojava mientras la revolución silenciosa continúa.

Escrito por Barış Tuğrul