El califato que desea EEUU

“No podemos rasgarnos las vestiduras cada vez que surge un obstáculo en la campaña contra Daesh” (New York Times, 20 de Mayo). La campaña militar llamada “Inherent Resolve” fue lanzada en Iraq y en Siria hace unos 8 meses, concretamente el 8 de Agosto del 2014, por EE.UU. y sus aliados: Francia, Gran Bretaña, Canadá, Australia, Arabia Saudí, Emitatos, Bahrein y otros.

Si hubiesen utilizado sus caza-bombarderos tal y como lo hicieron en Libia en el 2011, las fuerzas de Daesh que operan en espacios abiertos hubieran constituido un blanco fácil, sin embargo, estos últimos pudieron atacar Ramadi con sus columnas de blindados cargados de combatientes y explosivos.¿Acaso EE.UU se ha vuelto impotente? Todo lo contrario, si Daesh avanza en Iraq y en Siria es debido a que es justamente lo que desea Washington.

Está confirmado por un documento oficial de la Agencia de Inteligencia del Pentágono (DIA) con fecha del 12 de Agosto del 2012 y desclasificado el 18 de Mayo del 2015 debido a la iniciativa del grupo conservador “Judicial Watch” en la carrera por las presidenciales. Military intel predicted rise of ISIS in 2012, detailed arms shipments from Benghazi to Syria

Dicho informe indica que los países occidentales, las monarquías del Golfo y Turquía, apoyan a los opositores que intentan controlar las zonas orientales del país, ayudándoles a  crear “refugios seguros bajo protección internacional”.

El informe sigue diciendo  que existe la”posibilidad de establecer un principado salafista en la zona oriental de Siria” y eso es exactamente lo que desean las potencias occidentales que apoyan a la oposición con el fin de derrocar al régimen sirio,”pilar de la expansión chíita en la zona”.

El documento del 2012 , confirma que Daesh, cuyo núcleo fundacional deriva de la guerra en Libia, se ha formado en Siria, reclutando militantes salafistas sunnitas, siendo financiados por Arabia Saudí y otras monarquías del Golfo y armados por una red dirigida por la CIA (documentado por un informe del “Conflict Armament Research”, además del propio N.Y.Times).

Esas  declaraciones explican claramente el encuentro entre el senador norteamericano John Mc Cain, enviado por cuenta de la Casa Blanca y el cabecilla de Daesh, Ibrahim Al Baker.

Al mismo tiempo, nos explica el porqué  el grupo terrorista desencadena su ofensiva en Irak, cuando el gobierno de Al Maliki se distancia de Washington para acercarse a Moscú y a Pekín. Al echar la culpa al ejército iraquí de la caída de Ramadí, Washington anuncia ahora que desea acelerar el entrenamiento y el aprovisionamiento en armamento a las “tribus sunnitas”. Según una afirmación del ex-Secretario de Defensa de EE.UU, Robert Gates, Iraq sigue el mismo camino que la ex-Yugoslavia, es decir camina hacia la desintegración. Eso mismo está teniendo lugar en Siria, en dónde EE.UU y sus aliados siguen entrenando y armando a milicianos con el fin de derrocar al gobierno de Damasco.
Con su política de “dividir para reinar” Washington sigue alimentando el conflicto, el cual ha provocado  en 25 años, masacres, éxodos y pobreza, hasta el punto de que muchos jóvenes han hecho de las armas su profesión. Un terreno abonado donde se han implantado las potencias occidentales y sus aliados junto a los “califas” que instrumentalizan al islam y la división entre sunnitas y chíitas. Un frente de guerra en el cual existen divergencias tácticas (por ejemplo sobre la conveniencia de atacar o no a Irán) si bien a nivel estratégico no existen ningún tipo de divergencias.

El frente armado por los EE.UU.  anuncian la venta por un lado a Arabia Saudí por un importe de 4 mil millones de dólares, más 19 helicópteros para la guerra en Yemen y por otro la venta a Israel  de 7400 misiles y bombas para que pueda atacar a Irán.

Fuente: Newrozeke