por José Antonio Gutiérrez D.
Fuente: Red Latina Sin Fronteras
Lo que reproducimos a continuación es la primera parte de las impresiones que recogió nuestro compañero José Antonio Gutiérrez de viaje en medio de la región de Rojava (Kurdistán Sirio), lugar en donde se desarrolla un interesantísimo proyecto revolucionario en el que están envueltas millones de personas. Luego de la derrota del Estado Islámico en el cerco de Kobane, tras heroicos combates, el pueblo kurdo ha comenzado a reconstruir la vida social entre todas y todos, de abajo hacia arriba, con una clara impronta antiestatal.
Bozan Xelil trabajaba como periodista en Siria hasta hace algunos años. Hoy en día, mientras se desarrolla la revolución kurda en Rojava, la región occidental de Kurdistán, en territorio del Estado sirio, participa activamente en ella. Él es originario de Kobane, la ciudad que se hizo emblemática por su heroica resistencia en contra del Estado Islámico y el bloqueo turco. Es miembro de Tev Dem (Tevgera Civaka Demokratîk, “Movimiento por una Sociedad Democrática”), organismo coordinador de los cantones liberados en Rojava. En él, participa como vocero del movimiento en Suruç, en la frontera con Siria, justo al norte de Kobane. Nos reunimos el día 23 de Mayo a primera hora con él, para aprender de la experiencia de Rojava. Mientras se toma un café y fuma un cigarrillo tras otro, compartimos un simit, el infaltable pan de sésamo que se come al desayuno en Turquía y Kurdistán. Nos comenta que la experiencia revolucionaria popular que se viene desarrollando en esa región, comenzó hace mucho tiempo y es indisociable de la lucha de los kurdos en Bakur, es decir, en el norte de Kurdistán, región bajo el Estado turco.
“Rojava es el resultado del movimiento creado en 30 años de lucha, la cual fue iniciada por el PKK (Partiya Karkerên Kurdistanê, “Partido de los Trabajadores del Kurdistán”). Cuando ellos comenzaron su lucha, su primera oposición vino desde Alemania y desde la OTAN. Eran una organización marxista-leninista y se les demonizaba en el marco de la Guerra Fría. Tras la caída de la URSS hubo cambios en lo ideológico, que fueron forzados en última instancia por el arresto del líder del PKK, Abdullah Ocalan, a quien llamamos Apo. En prisión, se dedicó al estudio de los problemas del marxismo-leninismo. Otros en el movimiento hacían lo mismo, estudiando los problemas de construcción del socialismo en el marxismo clásico, y encontramos que en éste modelo no hay respuesta para dos problemas cruciales en la revolución: el Estado y el Poder.
Kobane en ruinas, luego de los combates contra el Estado Islámico.
Descubrimos que el Estado no es una solución sino que una trampa para el proceso de cambio, pues con la imposición de sus jerarquías, con su verticalismo, la burocracia que controla el Estado termina convirtiéndose en una nueva clase dominante. Nuestra solución a este problema ha sido desarrollar el Confederalismo Democrático y cuestionar la naturaleza del actual Estado-nación, con sus leyes únicas, su identidad exclusiva, su bandera y su lengua.”
Cuando le pregunto su opinión sobre el surgimiento de los Estados plurinacionales en Latinoamérica, como los de Bolivia o Ecuador, y les pregunto qué opinión tienen de esos modelos que, siendo Estados, ya no se definen como Estado-nación y si conocen estas experiencias y si las han discutido, me responde afirmativamente con la cabeza, antes de proceder.
“Se sabe que en América Latina existen importantes esfuerzos del pueblo para construir democracia desde la base, pero la noción de Estado es un problema muy grande. El problema real es que el Estado y la democracia son dos conceptos incompatibles. Incluso, puedes tener un Estado democrático, al menos formalmente, y eso es radicalmente diferente a nuestra propuesta del Confederalismo Democrático. Esto se puede apreciar en el trabajo que hemos hecho que nace desde la misma base social. Kobane fue dividida en 13 cantones, cada cual con su consejo. Funcionan desde abajo, como comunas, todas con comisiones de mujer, de economía, de ecología, las que sean necesarias para la comunidad. Tenemos co-presidencia a todos los niveles de representatividad…no hay democracia de Estado que funcione de esta manera, o de una manera tan democrática y participativa.”
Le pregunto si han tenido influencias ideológicas aparte de la propia experiencia acumulada por los kurdos en su lucha revolucionaria de décadas, pues muchas de las cosas que está diciendo recuerdan a las posiciones asumidas por los socialistas libertarios, por el feminismo radical, así como por los anarquistas, que también se inspiraron, a lo largo de más de un siglo de luchas, en las experiencias desarrolladas por el propio pueblo que, en momento revolucionarios, construye y organiza su propio poder desde la base.
“Murray Bookchin, un ecologista social de inspiración anarquista, mantuvo una relación intelectual con Ocalan, principalmente cuando fue arrestado. Ha habido influencia de las ideas desarrolladas por el movimiento ecologista, por el feminismo y desde luego, por el anarquismo, que ha sido influyente en muchos de estos movimientos sociales. El movimiento llegó a estas posiciones, sobre todo, por su propia crítica a la experiencia histórica del marxismo-leninismo. Pero también hemos tenido una visión más amplia por nuestra propia experiencia, por ejemplo, frente a la cuestión religiosa. La sociedad puede tener su propia visión de la religiosidad, y nosotros creemos que se deben respetar los valores y la cultura de los pueblos cuando estos no justifican la opresión. Es que la humanidad ha sido moldeada por estos valores en miles de años de desarrollo social y cultural…pero el problema con la religión comenzó cuando el Estado y el Poder se apropian de ella para moldear a la sociedad en función de proyectos opresivos. Esto es igual para un islamista ‘moderado’ como el primer ministro turco, Erdogan, así como con Daesh, el Estado Islámico”.
En este punto, interviene Seg, un imam, líder religioso musulmán, quien participa entusiastamente de la revolución en Kobane, mientras lidera las celebraciones religiosas locales y en los congresos políticos. Recientemente, participó en Amed (Diyarbakır), en la región de Bakur, en un congreso por un “Islam Democrático”.
“El Islam es una religión de tolerancia y de paz, que siempre ha tenido en su corazón la igualdad y la vida en la comunidad. Es una religión que nos ayuda a acercarnos a Dios, no es un instrumento para ejercitar el Poder y no debemos permitir que lo quieran convertir en eso. El Estado Islámico tiene una aproximación errónea al Islam, ellos tratan mal fundamentalmente a otros musulmanes, así como también a personas de otra fe. Ellos no son el Islam, son contrarios a su espíritu. Nosotros luchamos con ellos no por cuestiones de carácter teológico que son irrelevantes en este caso, nosotros luchamos contra ellos por su agenda política reaccionaria, anti-democrática, ultra-conservadora. Ellos creen que son Dios sobre la tierra, y no lo son.”
Al preguntarle sobre sus relaciones con personas de otra religiosidad en el movimiento kurdo, él me plantea sin ambigüedades que todos son bienvenidos a su revolución.
“Entre los kurdos que participan en el Tev Dem, hay personas de todas las religiones, defendemos la libertad de culto y todas las religiones tiene representación en nuestra organización. Y esta es una de las diferencias más importantes entre la democracia representativa, la democracia de Estado, y nuestra democracia participativa, de pueblos sin Estado: en Kobane hay apenas cinco familias cristianas. Si hubiera democracia representativa, ellos perderían todas las elecciones y serían suprimidos. Nosotros defendemos su derecho a existir, y les damos una representación, una voz, en nuestros consejos, porque su existencia nos enriquece a todos.”
Después de estas explicaciones de carácter político e ideológico, es obligatorio abordar algunas de las cuestiones más espinosas y que más confunden a la izquierda internacional, que a veces no saben cómo interpretar una revolución que ha roto todos los moldes heredados de la Guerra Fría, con sus alianzas globales. Más aún cuando regularmente, la prensa occidental muestra a las fuerzas kurdas (las cuales se asumen como algo homogéneo, sin hacer la distinción entre las guerrillas izquierdistas del PKK o del YPG –“Yekîneyên Parastina Gel”, “Unidades de Defensa Popular”-, y los “peshmergas” tribales del Kurdistán Iraquí), como si fueran parte de una cruzada anti-musulmana, o como si fueran los “aliados” naturales de EE.UU., la ficha clave de Washington contra los fundamentalistas, sin entender que los kurdos no son la ficha de nadie, sino un pueblo tratando de forjar su propio destino en circunstancias extraordinariamente adversas.
“Todo el Medio Oriente es muy complejo. Irán, Siria, Turquía, Egipto. Hay quienes dicen que el PKK está utilizando este momento de confusión para su interés particular. Pero veamos las cosas con cuidado. El Kurdistán Iraquí está totalmente aliado a potencias extranjeras y sus dirigentes han utilizado esta posición geoestratégica clave en medio de esta complejidad de manera egoísta, el PKK y los revolucionarios de Rojava, no. Los EE.UU. instrumentalizan a los sunitas contra los chiitas, al Estado Islámico contra otros musulmanes y a todos contra el Estado Islámico. Pero el Estado Islámico es el resultado directo de las políticas de EE.UU. en la región. También tenemos documentación y videos que demuestran la cooperación que ha existido entre el Estado turco y las fuerzas del Estado Islámico. Por ejemplo, tenemos videos en los cuales se ve al ejército turco abriendo las fronteras para el Estado Islámico, llevando a sus combatientes heridos al hospital. Sus combatientes llegan desde Turquía hacia Siria. Les han dado apoyo logístico desde que se levantaron en armas y a nosotros nos golpean. La realidad es que al menos 40 personas han muerto desde noviembre, asesinadas por el Estado turco en las protestas de solidaridad con la revolución en Rojava. El Estado Islámico es parte del proyecto regional de control hacia los kurdos.
Los EE.UU. dejaron la región en llamas y luego se hicieron aparentemente a un lado. Ellos, en realidad, quieren debilitar al PKK y el Estado Islámico les ha servido para ese fin, al menos en un primer momento. Nuestro movimiento es independiente, y cualquier relación que haya habido en la lucha contra el Estado Islámico es de carácter táctico, pero jamás estratégico. A veces nos han favorecido algunos de sus bombardeos, y solamente una vez recibimos armas, que fueron lanzadas desde el aire, en octubre. No existe ayuda oficial. Lo que pasa es que como el Estado Islámico ahora es enemigo de todos, se han hecho muchas alianzas, con muchos actores, en base a esta lucha, relaciones de carácter estrictamente diplomático. El PYD (‘Partiya Yekîtiya Demokrat’, Partido de la Unión Democrática, movimiento político kurdo en Rojava, cuya expresión en armas es el YPG, cercano al PKK) no es considerado un movimiento terrorista como sí lo es considerado el PKK. Aunque es un movimiento independiente, sigue la ideología de Öcalan. Por eso, aunque algunos países de la comunidad internacional han querido dar armas, Turquía se opone y no lo permite. Eventualmente, permitieron que 200 peshmergas llegaran de Irak a consolidar posiciones defensivas, para luego retirarse con todas sus armas.
Pero nosotros no queremos tejer nuestra relación con el gobierno de EE.UU., queremos tejer esas relaciones con la izquierda y con los movimientos populares de todo el mundo. Sabemos que hay solamente dos vías para construir un proyecto social, la vía del Estado y la vía del pueblo. Nosotros seguimos esta última.”
Cuando le pregunto sobre su opinión respecto al calificativo de “terrorista” que pesa sobre el PKK, así como de la campaña de los kurdos para que se levante este calificativo sobre el grupo rebelde, Bozan responde con una sonrisa en sus labios.
“Que el PKK sea considerado terrorista, es algo eminentemente político, porque Turquía es parte de la OTAN. Nosotros consideramos que la autodefensa es un derecho básico y legítimo, no consideramos que eso sea terrorismo ¿O acaso las guerrillas del PKK han ido a pelear a territorio fuera del Kurdistán o a Estambul?”
Luego de unas cuantas bocanadas de café y de un par de llamadas, Bozan explica la importancia global que tiene la lucha por Kobane.
“Kobane es un símbolo para toda la humanidad, no solamente para el Kurdistán. Esta es una batalla clave para resolver los problemas del Medio Oriente. Tenemos, por cierto, muchos problemas todavía que resolver, como por ejemplo, que no hemos sido capaces aún de formar el Congreso Nacional de los Kurdos por ciertos problemas todavía con algunos sectores. Somos conscientes de que este proceso no se hará realidad solamente con llamados. Esperamos que Kobane se convierta en la pieza clave que lidere ese proceso.”
Le pregunto qué cosas pueden hacer los sectores populares de otros países que quieran apoyar esta lucha, particularmente las y los latinoamericanos. La respuesta de Bozan evoca al mismo internacionalismo comprometido al que llamaban los zapatistas, ese internacionalismo que se piensa globalmente para actuar localmente. Busca no la solidaridad instrumental, esa que exige que los internacionalistas o los solidarios se limiten a repetir, como papagayos, consignas o a que den apoyo sin cuestionamientos. Buscan una solidaridad consciente, fundada en un diálogo respetuoso, en donde todos tienen que aportar en un debate que es global.
“Los problemas del mundo van mucho más allá de Kobane; el problema de las mujeres, el problema ambiental, el problema de la falta de democracia para el pueblo, todos estos son problemas globales. Lo que pasa en Ecuador, o lo que pasa en Colombia, también es nuestro problema. La conexión, el entablar relaciones de pueblo a pueblo es muy importante. Nosotros, en estos momentos, sufrimos de un embargo, porque estamos rodeados por los cuatro lados, por Daesh y por los turcos. Los internacionalistas nos pueden ayudar a romper a este cerco presionando a Turquía.
Pero hay otras cosas que también son importantes. Debemos discutir de política, de economía, desde una perspectiva solidaria. Lo que pasa es que una revolución requiere de preparación y de ser capaces de cambiar la mentalidad. Necesitamos más educación política, no despreciar la teoría, tener más trabajo teórico, pero hacerlo junto a la gente. Esto no es una tarea menor, porque estamos luchando en contra de 500 años de imposición estatal. El problema es que el mercado capitalista controla el mundo desde hace siglos, y creemos que este sistema está agotado, pero busca sobrevivir forzando crisis y desastres. La revolución social que buscamos es para que el pueblo pueda construir un modelo alternativo de sociedad, una sociedad libre del Estado.
En América Latina también el pueblo debe buscar el control de sus asuntos y de su destino. Marx dijo, proletarios de todos los países, uníos. Nosotros llamamos a que los pueblos del mundo se unan. El pueblo en Colombia, en Ecuador, en Chile, en todas partes debe organizarse. Eso es lo más importante que pueden hacer para dar una mano a Rojava y a todo el Kurdistán”.
Con estas palabras cerramos la entrevista, pero abrimos un nuevo puente para construir ese mundo nuevo que llevamos en nuestros corazones.
[Publicado en la edición N°29 y 30 de Solidaridad.]