¡Olvidate de la ONU! Conoce a los refugiados auto-organizados en Kurdistán

refugees shengal7 de Octubre de 2015
por Dilar Dirik

Sin meternos en los debates brutales y deshumanizadores que dominan la llamada crisis de los refugiados, exploremos una historia diferente de refugiados. Una de autonomía, organización, auto-determinación y empoderamiento. Tres campos de refugiados en Kurdistán ilustran esta alternativa radical al estatus quo.

Nuestro viaje comienza en Makhmour, a 40 minutos en coche al sur de la capital Erbil del Kurdistán iraquí. Incluso hoy en día, los habitantes del campo de refugiados llaman a su existencia “un milagro”. Fue creado en los años 90 después de que el ejército turco destruyese los pueblos kurdos, forzando el desplazamiento de 100.000 personas que escapaban de la masacre y la asimilación forzada. Lejos del sistema organizado por los EEUU en Erbil, decorada con vayas publicitarias de empresas turcas, se siente una atmósfera completamente diferente cuando se entra en el campo de Makhmour que está protegido por las guerrillas del PKK: una vida comunitaria.

Debido a la naturaleza explícitamente política del campo, que apoya abiertamente al PKK, el campo ha sido desplazado varias veces y ha sido repetidamente criminalizado, invadido, y parcialmente destruido a través de los años por los estados turco e iraquí, así como por el Partido Democrático del Kurdistán (KDP), que gobierna en Erbil. Las Naciones Unidas nunca han poyado adecuadamente al campo más allá de las necesidades básicas, debido a su política.

Muchos niños han muerto por escorpiones durante los primeros días en este trozo de tierra hostil y desértico. Con el tiempo, a pesar de todos los ataques, la gente ha establecido un sistema autónomo de principios y lo ha convertido en un asentamiento verde y fértil. Aquí cada barrio forma una comuna, y cada uno tiene una comuna de mujeres autónoma. El sistema educativo, incluyendo el programa de estudios, servicios de salud, economía, etc., son auto-determinados e independientes del Gobierno Regional del Kurdistán (KRG) en Iraq. Toda la infraestructura fue construida colectivamente. “Aquí todo el mundo puso un ladrillo en cada casa,” cuenta la historia de Makhmour.

El consejo de mujeres Ishtar fue creado en 2003 para representar la voluntad y necesidades de las mujeres. La academia de mujeres Martir Jiyan (en memoria de una mujer del campo asesinada por el KDP en un levantamiento) da clases de literatura, auto-defensa (filosófica y armada), historia del mundo, regional y de las mujeres, confederalismo democrático, ecología, y más.

“Conocer es tomar conciencia”, explica Aryen, que enseña en la academia. “Hubo una época en Mesopotamia donde la sociedad era organizada por mujeres. Esa época era mucho más ética y igualitaria que la de hoy en día. Queremos resistir reavivando los valores que se nos quitaron como mujeres alzando a las mujeres con fuerza y consciencia ética y política.”

Cualquiera que haya sido testigo de la invisibilidad de las mujeres comunes en la ciudad ultra-patriarcal de Erbil, aquí se tropieza con un tipo de mujer muy diferente: segura de sí misma, positiva, y feliz – un indicador llamativo de cómo los ambientes sistemáticos impactan las vidas de las mujeres. Aunque el campo está supuestamente bajo la protección de las Naciones Unidas, sólo el PKK estuvo aquí para evacuar y defender a la gente, cuando ISIS atacó el año pasado. Todos los adultos en el campo saben cómo portar un arma y hacen turnos de vigilancia por la noche.

Nuestra siguiente parada nos lleva a las montañas de Sinjar (Shengal), el escenario de la última masacre contra los kurdos yazidíes.

“Ésta es definitivamente la última masacre contra los yazidíes,” dice la gente aquí. “Si nos distribuimos en la diáspora, eso sería nuestro final de todos modos. Dejaríamos de existir como comunidad. Es por eso que la única manera de sobrevivir es organizándose.”

Lo que mucha gente que no entiende los factores sociológicos del desplazamiento no se da cuenta es que el arraigo a una cierta geografía es un elemento existencial para muchas comunidades. El desplazamiento a menudo significa un borrado irreversible de la historia.

“Debido a la traición y la falta de información, nos convertimos en víctimas,” explica un miembro del Consejo Fundador de Shengal, establecido en Enero de 2015, basado en el sistema de autonomía democrática de Abdullah Öcalan. “Ahora sabemos que si no nos cuidamos nosotros mismos, nadie lo hará.”

Aproximadamente 40.000 personas viven ahora en tiendas en la montaña. “Hemos comenzado a caminar de tienda en tienda para conocer las necesidades básicas de la gente. Lentamente, comenzamos a construir una auto-organización mediante comités para servicios, cultura, salud, educación, economía, etc. para solucionar las cuestiones de la vida diaria, pero también objetivos a largo plazo. Las mujeres y los jóvenes se organizan autónomamente. Rápidamente, nos convertimos en una espina en el ojo para el KDP, quien se retiró cuando comenzó la masacre,” añade. Mientras bloquea las carretera a otros, aquí el KDP distribuye la ayuda internacional en su propio nombre.

Nuestra parada final es el campo Newroz que fue creado en Dêrîk (al-Malikiyah) en Agosto de 2014 después de que más de 10.000 yazidíes escaparan cruzando la frontera iraquí-siria a través del “corredor humanitario” desde Shengal hasta Rojava, luchado por las YPG/YPJ de Rojava y las guerrillas del PKK. Durante mi primera visita al campo en Diciembre de 2014, el embargo completo impuesto en Rojava por Turquía y el KDP, éste último controlando el cruce fronterizo del lado iraquí, impidieron que cualquier ayuda humanitaria, incluyendo comida y mantas, e incluso libros, pudiese cruzar. Debido a la presión política, especialmente después de la resistencia de Kobane, algunas organizaciones internacionales proporcionan ahora ayuda limitada, pero el embargo continúa. La UNHCR, organización de refugiados de las Naciones Unidades, intentó crear el campo de acuerdo a su concepto universal, negando el hecho de que ya había un sistema de auto-determinación en práctica. Encontrándose con la resistencia de la asamblea del campo, la UNHCR se vio forzada a respetar sus demandas y ahora proporciona necesidades materiales, las cuales la gente coordina.

Las instituciones internacionales supuestamente al cargo a menudo han dejado a esta gente morir, morir de hambre, y sufrir, al ceder a las políticas estatales. Mientras tanto, los refugiados, a quienes se lo han quitado todo, crean una forma de vida en dignidad y poder.

En Septiembre, la foto del pequeño niño Alan Kurdî de Kobane varado en la playa después de ahogarse, consiguió tocar la conciencia silenciada de la humanidad. Mi amigo y activista kurdo Mehmet Aksoy escribió: “A veces el destino de un niño está escrito cien años antes de que haya nacido. No estamos hablando de un destino divino, estamos hablando de fuerzas históricas, políticas, poder, hegemonía, explotación económica y colonialismo.”

Lo que hace que cuerpos como el de Alan Kurdî sean tan cruelmente desechables es este orden que valora las fronteras estatales más que a los seres humanos.

En un mundo dictado por las naciones-estado, ¿qué podemos esperar de un sistema como las Naciones Unidas que solo respeta las organizaciones estatales, que causan hoy en día las masacres, genocidios, limpiezas étnicas, desplazamientos masivos, pobreza, guerra y destrucción para empezar, porque las necesita por definición, especialmente teniendo en cuenta que el núcleo de la misma se compone de los mejores estados vendedores de armas?

Representar a las personas desplazadas como agentes dependientes apolíticos, mientras se lidera un discurso chauvinista en los países de acogida que se han establecido mediante el imperialismo, el racismo, la colonización, el robo, la explotación, la guerra, el asesinato y la violación, es una estrategia del orden internacional para mantener el estatus quo racista. Makhmour, Dêrîk, y Shengal, sin embargo, habiendo sido empoderados por la ideología del PKK, que rechaza el sistema de nación-estado, cuentan otra historia.

Sabriye, una madre de Makhmour explica: “Nos tienen miedo, porque somos autosuficientes. No confiamos en que nadie nos salvase, pusimos nuestro destino en nuestras propias manos y creamos nuestra propia auto-defensa y sistema social. Hemos hecho la vida más dulce organizándonos nosotros mismos.”

Más que caridad, los refugiados necesitan compañeros que ayuden a luchar contra las causas de los desplazamientos (como las invasiones extranjeras y el mercado de armas) y apoyar la ansiosa autonomía popular. El mes pasado, Abdallah Kurdî, el padre de Alan, hizo un llamamiento al reconocimiento político de la administración de Rojava: “Estoy agradecido por vuestra preocupación por mi destino. Esto ha hecho sentirme que no estoy solo. Pero un paso esencial para acabar con esta tragedia y evitar que se repita, es apoyar nuestra auto-organización.”

El mundo lloró por el padre de Alan, ¿apoyarán también su política?

 

Fuente: Kurdish Question

Traducido por ‘Rojava no está sola’