Continuamos con una nueva parte del diario de viaje de ‘El Errante’, una anarquista de los Estados Unidos que está actualmente viajando por la región de Rojava.
Los dos monovolúmenes de Hyundai cruzan al estilo caravana por las callejuelas de Kobane. En la primera furgoneta van dos representantes del Tev-Dem del Cantón de Kobane, el organismo encargado de implementar el Confederalismo Democrático. En la furgoneta posterior voy yo con el traductor y el conductor. Niños pequeños juegan a ambos lados de la calle y parecen ambivalentes ante el paso de los coches, si pueden sobrevivir un mes de largo asedio del ISIS, algún que otro coche no es nada.
Había conocido a Ahmad Shaif en el Centro del Cantón de Kobane, un edificio agujereado de balas establecido en una colina en Kobane. En años anteriores había sido el centro del gobierno del gobierno sirio y fue posteriormente expropiado por los kurdos después de que los representantes del régimen de Assad se fuesen del cantón a toda prisa. Ahmad es uno de los varios administradores del Tev-Dem, y su oficina escasea de papeleo, ordenadores o cualquier otro elemento que uno podría asociar con un lugar de trabajo en occidente, es el lugar donde los residentes de Kobane vienen a pedir ayuda en el mantenimiento de sus consejos comunales. Nos habíamos conocido y me había invitado a la asamblea del consejo de la comuna al que estaba ayudando a facilitar. Acepté, sin duda.
Nuestro vehículo paró en un lado de la calle y un hombre mayor nos recibió, apretones de manos por todos los lados, me presentaron y me dieron la bienvenida. Pasamos por un patio de escombros y subimos un tramo de escaleras. Nos quitamos los zapatos, y entramos a una habitación totalmente alfombrada con cojines distribuidos como sofás alrededor de las paredes. Había una ventana abierta y los agujeros de bala incidían en el cristal, estos proyectiles habían trazado una línea ordenada de agujeros en el cemento de la pared del fondo. Más allá de estos desperfectos, había una foto de Ocalan colgada, rodeada a cada lado por las banderas de las YPG e YPJ. La habitación se empezó a llenar de hombres, la mayoría mayores y kurdos, y uno o dos árabes. Las mujeres también se unieron al grupo lentamente, las mujeres mayores, con las cabezas envueltas con pañuelos, se turnaban para dar la mano por toda la habitación y luego se sentaban. Los hombres y mujeres se sentaban separados, el empoderamiento de las mujeres todavía no se extiende por el predefinido espacio cultural de Oriente Medio.
Mr Shaif comenzó diciendo que era un placer ser bienvenido por el consejo, y que está feliz con el número de gente que había (18 en total, 10 hombres, 7 mujeres – y yo). Él entonces sacó un mapa y lo puso sobre la alfombra, señalando a un bloque en una maraña de líneas y círculos que querían representar el barrio Sehid Kawa (mártir Kawa) de la ciudad. Él continuó con que con la reciente afluencia de inmigrantes a la ciudad, esperaban que la comuna creciese, y que si crece más de 100 familias puede ser demasiado difícil el manejar una respuesta. Se discutieron con el consejo posibles divisiones geográficas; unas cuantas preguntas, unas cuantas respuestas, algunos se inclinaban hacia el mapa y asentaban. Concluyó con que la división de la comuna, en su caso, dependía de ellos. Él quería presentar el tema y cualquier cosa que decidiesen estaba bien. Simplemente llamad con una respuesta.
Me presentaron y tuve la oportunidad de hacer unas preguntas. Pregunté sobre qué es lo que hacen, normalmente, como consejo y recibí una amplia gama de respuestas, desde tratar temas matrimoniales, ayudar a conseguir gasolina y viajes al y desde el médico, comprar, lo que sea necesario, lo que sea urgente. Finalmente un hombre dijo que durante el asedio, fue el consejo el que alimentó y vistió a la comuna, el que ayudó a las YPG a recopilar información y que cuando la batalla se volvió desesperante, se les dio kalashnikovs a los miembros de la comuna y lucharon junto con las YPG para salvar el barrio. Pregunté si se les dio armas a todos, incluyendo las mujeres. Él asintió y dijo que todo el mundo que tuviese la voluntad de luchar, luchó.
Mi curiosidad me superó y pregunté sobre la línea de agujeros de balas en la pared. El hombre que inicialmente nos había recibido, se levantó y señaló a fuera de la ventana a un edificio de dos pisos a 200 pies de distancia. Señalando, indicó la línea de visión entre el piso de arriba de los edificios y la pared dañada de su casa. Entonces sosteniendo un kalashnikov invisible, apuntó al edificio y pretendió disparar. Diciendo que respondió al tiroteo y que el hombre armado finalmente se fue.
Cuando terminé con mis preguntas me preguntaron qué es lo que piensan los americanos de Kobane. Dije que muchos apoyaban su Revolución, que muchos querían escuchar más, y que aquellos lo suficientemente ignorantes como para opinar sin información, no importaban. Unos cuantos sonrieron y asintieron – especialmente las mujeres, algunas parecían sorprendidas de mi franqueza. Finalmente una mujer joven de 15 años me preguntó qué es lo que yo pensaba. Cerré mis ojos por un momento y dije, “Lo que está ocurriendo aquí puede ser parte del futuro, no sólo para los kurdos, sino para todo el mundo. Se que me siento bienvenido aquí, y seguro. Y tan pequeño como eso, ya es un gran cambio de la mayor parte de mi experiencia.”
Ahmad entonces levantó y agradeció al grupo, todos nos volvimos a dar las manos – hubo algunos saludos de manos hacia el pecho, y luego nos fuimos.
De vuelta en las calles, los niños estaban ocupados jugando, en algún lugar un perro ladraba y los conductores arrancaban los motores de las furgonetas. Paré a Ahmad y le pregunté sobre cómo se habían formado las comunas, si el Tev-Dem había tenido responsabilidades para esa tarea. Negó con la cabeza, “Algunas se formaron espontáneamente, a algunas les ayudamos a empezar, todavía algunas tienen que volverse estables, con fuertes miembros de consejo. Es un proceso, y en Kobane el asedio aceleró la formación de comunas, pero la reconstrucción y la falta de recursos lo ha ralentizado. Aunque no podemos parar, estas comunas son el centro de la sociedad.”
Asintió y marchó. Salté a la furgoneta y nos fuimos a mi hotel, algo de café y a pensar sobre esta cosa. Esta nueva cosa.
(El nombre de la comuna, Sheid Kawa C (Mártir Kawa C) es derivado del nombre del barrio en Kobane – Sehid Kawa, y C la designa como la tercera comuna creada. Muchas de las zonas de la ciudad están siendo renombradas por los y las luchadoras de las YPJ/G que murieron respectivamente en esos barrios. Mártires, sus vidas y muertes forman una gran parte de la conciencia y simbología de la resistencia kurda. Luego más…)
Fuente: http://anarchistnews.org/content/rojava-dispatch-three
Fotografías: http://modernslavery.calpress.org/?p=915
Traducido por ‘Rojava no está sola’