Las amenazas de Turquía contra la sociedad kurda y Rojava continúan. El presidente turco Erdoğan ha anunciado otra invasión militar. El miércoles (12.12.2018) anunció durante un discurso en una reunión con representantes de la Industria de Defensa turca en Ankara, que los ataques comenzarían en unos pocos días. No quieren seguir viendo «el juego en las fronteras nacionales» y ahora también se vuelven activos al este del Éufrates, para ”salvar a la gente de la organización terrorista separatista», según Erdoğan.
El llamado «Este del Eufrates» es la región kurda de Rojava, en el norte de Siria, el suelo de otro país. El estado turco ataca a los kurdos, tanto dentro como fuera de sus fronteras, tan pronto como encuentra la oportunidad de hacerlo, una y otra vez. Con estos ataques también acciona contra la justicia, la moral y los valores humanos. Desafortunadamente, el público mundial apenas habla contra estos brutales ataque. Esto alienta al dictador Erdoğan en sus acciones y crea espacio para los ataques de sus fuerzas.
Una de las razones de los ataques del régimen de Erdoğan a Rojava es también su apoyo al Estado Islámico y fuerzas yihadistas similares. En octubre pasado, las Fuerzas Democráticas Sirias aplastaron casi por completo los últimos restos del ISIS. Pero Erdoğan y su ejército vinieron al rescate de ellos. El 28 de octubre de 2018 intensificaron sus ataques contra Rojava. Debido a estos ataques del ejército turco, las Fuerzas Democráticas Sirias se vieron obligadas a detener sus operaciones contra el Estado Islámico. Si estos ataques no hubieran tenido lugar, las áreas aún controladas por estos ahora estarían libres. Los ataques de Turquía han mantenido vivo al ISIS, dándoles la oportunidad de expandirse nuevamente.
Estas operaciones de las Fuerzas Democráticas Sirias se han intensificado nuevamente. Un día antes de que Erdoğan declarara su intención de atacar a Rojava en unos pocos días, el presidente estadounidense Trump había dicho que las áreas restantes del ISIS se liberarían en 30 días. En el caso de un ataque directo a Rojava, las Fuerzas Democráticas Sirias se verán obligadas a retirar sus fuerzas en defensa propia. En este caso, el Estado Islámico se beneficiará de nuevo. Además, más de 800 combatientes extranjeros de los yihadistas están actualmente en manos del Autogobierno Democrático del Norte de Siria. Estos combatientes serán liberados en el caso de una ocupación turca y supondrán una amenaza mundial.
Turquía atacó y ocupó el cantón de Afrin, al norte de Siria, a principios de este año. Afrin fue un oasis de paz, mientras que la guerra destruyó el resto de Siria en los últimos siete años. Con la ocupación turca, Afrin quedó reducido a escombros, y cientos de miles de personas tuvieron que huir. La gente de Afrin ahora experimenta masacres, violaciones, secuestros, destrucción y otras brutalidades todos los días. Afrin, un oásis de la tolerancia, se ha convertido hoy en un centro de entrenamiento para salafistas, y Turquía ahora quiere reubicar a estas fuerzas salafistas al este del Eufrates. Es bien sabido cuánto apoya Turquía a estos salafistas. Turquía pisotea los derechos humanos, y comete crímenes de guerra en Rojava y en todo Kurdistán.
El mundo y la humanidad no deben permanecer espectadores silenciosos ante estos ataques. Permanecer en silencio ante la opresión y la tiranía es una complicidad en el crimen. Nadie debería servir como partidarios del régimen dictatorial de Erdoğan.
El deber más grande aquí recae sobre los hombros de la Coalición Global para Derrotar a ISIS. Si la Coalición no quiere que el ISIS se recupere en la región, si no quieren que el ISIS cometa atrocidades en Europa y otras partes del mundo, los miembros de la Coalición deben actuar de inmediato para detener los ataques del estado turco.
Si no queremos perder la esperanza principal de libertad e igualdad para la humanidad en el siglo XXI, los ataques del estado turco deben detenerse de inmediato.
Dejar a los pueblos de Rojava y el noreste de Siria, que han perdido a miles de sus familias en la lucha contra la barbarie del Estado Islámico, solos en la resistencia contra estos ataques de ocupación turca, desenmascarará la verdadera cara de la coalición internacional, la ONU y las llamadas instituciones democráticas internacionales.
Solo podemos confiar en la solidaridad internacional del pueblo democrático que confía en nuestro deseo común de una vida libre. El silencio contra los ataques de Turquía servirá al frente político, que se opone a la democratización de Oriente Medio. Esto llevará a una pérdida de fe en los valores democráticos universales de parte de los pueblos de la región, especialmente de la sociedad kurda. En este sentido, hacemos un llamado a todas las personas en solidaridad para que tomen todas las medidas necesarias para detener los ataques de Turquía contra Rojava y culpar al silencio y la cooperación de las instituciones internacionales, en particular las Naciones Unidas, así como a los Estados Unidos, Rusia y Países de la UE.
¡Larga vida a la Revolución de Rojava!
¡Viva la Solidaridad Internacional de los Pueblos!
¡Viva la resistencia de los huelguistas de hambre y del líder Abdullah Öcalan!