Rojava queda aquí mismo… o debería quedar acá: en el corazón de quien quiera que sienta la lucha por la libertad y se conmueva con ira frente a los ataques de los poderosos (El documental “El sueño de los kurdos”, disponible hasta el 20-01-2020 resume esta historia). Por eso compartimos en su totalidad el libro de la Cátedra Jorge Alonso sobre la Revolución de las Mujeres y Rojava.
La invasión de Turquía al Norte de Siria y a Rojava, un ataque contra la humanidad toda y contra la “Revolución de las Mujeres” liderada por el PKK continúa. El 2 de diciembre, “el ejército de ocupación turco y sus mercenarios han cometido una horrible masacre contra el pueblo de Afrin desplazado por la fuerza al cantón de al-Shahba, que provocó el martirio de 10 civiles, incluidos 8 niños, además de herir a otros 12”. No sólo no pueden tolerar un gobierno libre en asambleas, la paz en medio de la guerra y el ejemplo que da esta coexistencia entre etnias, religiones, culturas, sometidas durante siglos al odio y a la masacre bajo el poder patriarcal y capitalista. Se trata, lo entienden, nos resuena, de cambiar una mentalidad patriarcal, jerárquica, autoritaria, milenaria, cuya expresión más reciente y destructiva es el capitalismo.
De ahí que menos aún puedan soportar que todo esto sea liderado por mujeres: “La revolución kurda es una propuesta alternativa al sistema patriarcal y capitalista que domina al mundo; es un proyecto de vida que tiene como centro la destrucción de la dominación que por más de cinco mil años se ha ejercido sobre las mujeres y la naturaleza. Un principio estratégico de la lucha del pueblo kurdo es que sólo a través de la liberación de las mujeres será posible aspirar a la liberación de la sociedad entera. Su propuesta antipatriarcal, ecológica y democrática es una idea ética de convivencia entre todos los seres humanos y los pueblos; es una revolución desde la vida cotidiana, que en lo concreto no significa luchar contra el hombre sino contra la mentalidad patriarcal”. Así empieza la introducción al libro de la Cátedra Jorge Alonso, que lleva por título “Revolución de las mujeres y luchas por la vida. ¡Defender Rojava es defender la humanidad!”. Compartimos la totalidad del libro en PDF, a la vez que publicamos la introducción completa, con un esbozo de cada capítulo, de autoría de Hadasa Herrera y Alejandra Guillén, quienes coordinaron la Cátedra y editaron el libro.
Compartimos también el índice de esta excepcional e indispensable publicación. Un puente entre la lucha del pueblo kurdo y nuestras luchas en Abya Yala. Las mismas luchas y mucho que aprender y compartir.
En Londres, se reúne la OTAN; responsable directa de este genocidio en curso, de esta masacre. La OTAN, el ejército de ejércitos de los poderes patriarcales estatales capitalistas dueños del planeta, no pueden tolerar la libertad de Rojava y por eso masacra el segundo ejército más poderoso de ese aparato de muerte a una región en la que el futuro y la libertad son ahora. ¡Asesinos! ¡genocidas! La sangre de estos niños se suma a la de decenas de miles de otras y otros en esta misma tierra. Siguen resistiendo y no están solos. Pero nos falta despertar y liberarnos en todas partes, desde Chile, Ecuador, Haití, Colombia, Cataluña, Irak, hasta Rojava… Si nos levantamos y nos liberamos, como Rojava a nuestros modos, detenemos a estos codiciosos, mezquinos asesinos insaciables. ¡Así sí! Prácticas y Saberes. Pueblos en Camino.
Introducción del libro
La revolución kurda es una propuesta alternativa al sistema patriarcal y capitalista que domina al mundo; es un proyecto de vida que tiene como centro la destrucción de la dominación que por más de cinco mil años se ha ejercido sobre las mujeres y la naturaleza. Un principio estratégico de la lucha del pueblo kurdo es que sólo a través de la liberación de las mujeres será posible aspirar a la liberación de la sociedad entera. Su propuesta antipatriarcal, ecológica y democrática es una idea ética de convivencia entre todos los seres humanos y los pueblos; es una revolución desde la vida cotidiana, que en lo concreto no significa luchar contra el hombre sino contra la mentalidad patriarcal.
Las mujeres kurdas son el fundamento de la revolución de su pueblo y han sido conocidas a nivel mundial, porque han circulado imágenes de ellas combatiendo al Estado Islámico en Rojava (el Kurdistán en el norte de Siria). Sin embargo, ellas insisten en que la lucha armada es sólo el 10% de su revolución, pues su fuerza se debe principalmente a la organización para construir una vida libre; esto significa una sociedad que tiene una relación de respeto con la naturaleza y con la vida.
La lucha de las mujeres kurdas se hace a través del cuidado, la memoria y la recuperación de saberes; trasciende las fronteras creadas por los estados y encuentra resonancia al otro lado del mundo, tal como sucede con las mujeres zapatistas, con quienes han entrelazando sus raíces de resistencia. El Movimiento de Mujeres de Kurdistán representa uno de los proyectos revolucionarios más importantes en la actualidad y dialoga con los fundamentos ético-políticos de los pueblos zapatistas; entre ellos se consideran pueblos hermanos, surgidos de las mismas aguas profundas, con los mismos sueños y la misma utopía: construir una sociedad libre, sin relaciones de dominación, en la que no exista el Estado ni el capital.
Ante la necesidad de escuchar de viva voz esa experiencia revolucionaria y de comprender cómo le han hecho para enfrentar la guerra, la Cátedra Jorge Alonso invitó a representantes de la lucha del pueblo kurdo. En junio de 2018, Erol Polat, periodista e integrante del Congreso Nacional del Kurdistán, participó con la conferencia “El significado de la lucha kurda en Latinoamérica”. Erol compartió la historia del pueblo kurdo, el contexto de guerra que se vive en Medio Oriente y la propuesta del confederalismo democrático. En esa ocasión, lo acompañaron Mónica Gallegos y Marcelo Sandoval, quienes plantearon la relación que hay entre la lucha kurda y las rebeldías de otras partes del mundo, comenzando por el vínculo de solidaridad que existe con la lucha zapatista en México.
En 2019, la Cátedra buscó dar continuidad a ese primer acercamiento a la experiencia de los kurdos en Medio Oriente e invitó a Melike Yasar, representante del Movimiento de Mujeres de Kurdistán en América Latina, quien centró su participación en explicar la propuesta de la jineoloji y el horizonte de lucha de las mujeres, que es antipatriarcal, antiestatista y anticapitalista.
El texto de Mónica Gallegos, que se incluye en este libro, resalta que el movimiento de mujeres kurdas muestra la urgente necesidad de construir otro mundo, con la posibilidad de ampliar una organización capaz de salvar la vida. La participación de las mujeres liderando la resistencia, dice Mónica, ha sido fundamental para lograr la autodeterminación, la autoadministración y la autodefensa, “esta última entendida más allá de su dimensión militar y relacionada con lo que podríamos entender como la construcción de autonomía en todos los ámbitos de la vida en común”.
También encontraremos aquí la entrevista que Inés Durán realizó a Melike Yasar durante su visita a Guadalajara. En ella, Inés hace una problematización provocadora de las principales ideas del proyecto democrático de Rojava y entra en los debates que han estado en el aire sobre cuestiones sensibles de la resistencia kurda.
“¿Por qué Jineoloji?”, de Gönül Kaya, y el texto colectivo “El Movimiento de Liberación de las Mujeres de Kurdistán”, fueron retomados del libro Mujer Vida Libertad, El movimiento de mujeres de Kurdistán, con autorización de la editorial Mezopotamya; esta Cátedra los reproduce por su importancia en el entendimiento de la resistencia ante el patriarcado en aspectos más allá de la militancia armada. El primero es una conferencia en la que Kaya desarrolla la crítica que la jineoloji hace a las instituciones como la academia y la ciencia, llenas de sexismo y estructuras dominantes. Hace mención especial a las ciencias sociales fragmentarias, a las tesis anticapitalistas pero no antipatriarcales, y comparte los retos que es necesario plantear y superar. El texto colectivo de las mujeres kurdas hace un recorrido por la historia de su organización, sus cambios y su trascendencia internacional: dónde surgió, cómo, qué principios las rigen y hacia dónde van.
Para conocer y destejer más a fondo la propuesta del confederalismo democrático y la organización del pueblo kurdo, se incluye el artículo “Nación democrática”, de Abdullah Öcalan, una narración de lo que significa la organización horizontal con este proyecto. Es interesante, además, porque elabora una discusión sobre un término muy occidentalizado y moderno en nuestros análisis de academia: la nación.
El apartado a cargo de Jorge Alonso consiste en una investigación detallada de los acontecimientos y planteamientos más importantes del pueblo kurdo, sobre todo la trayectoria del Movimiento de Mujeres de Kurdistán y el sentido práctico de su lucha. La propuesta de Alonso es conocer cómo el confederalismo democrático está funcionando en Rojava y qué elementos lo componen. A su vez, dibuja cómo la jineoloji permanece inmersa en el funcionamiento del confederalismo democrático y marca la pauta en las formas de administración a través de la reflexión, la crítica y la problematización de las mujeres en esa revolución. Finaliza presentando la situación actual (hasta la edición de este libro) de la guerra que enfrentan el pueblo kurdo y la población de Rojava debido a la actual invasión turca a su territorio en la frontera Norte de Siria; a la par, recoge las acciones que el mundo ha puesto en marcha para respaldar y solidarizarse a través de diversas organizaciones y colectividades con la lucha y resistencia en Kurdistán.
Marcelo Sandoval reflexiona acerca de la importancia de conocer el movimiento de liberación kurda en medio de la crisis y el caos que se generó en Medio Oriente, no para repetir su discurso, sino para pensar cómo es que desde donde estamos se construye un movimiento internacional que puede impulsar una revolución social mundial. Uno de sus planteamientos es crucial: que la lucha del pueblo kurdo se puede quedar sola si en el resto del mundo no nos organizamos y construimos un pensamiento con horizonte de autonomía, para vivir sin Estado, sin capital y sin patriarcado.
Jacobo Silva, por su parte, escribe sobre la convergencia que tienen las distintas (pero no distantes) experiencias revolucionarias en el mundo, desde las comunas de Europa hasta las comunidades en Guerrero y otras partes de México, de las comunas confederadas de Rojava a las comunidades zapatistas en Chiapas, pasando por las “zonas de evasión” del capitalismo y la resistencia silenciosa de muchas comunidades. Todas esas rebeldías tienen principios comunes que se encuentran y dialogan, como la autogestión, la autonomía, la autodefensa, y las formas de relaciones antipatriarcales. Además, muestra cómo cada una de éstas promueve y desarrolla sus propias estrategias ante la guerra capitalista y patriarcal que domina la vida. Ese trabajo es un maravilloso encuentro que dibuja y coloca sobre la mesa cómo la resistencia se vuelve una misma cuando nos planteamos que la guerra contra la vida es de múltiples formas, pero la resistencia es aún más creativa.
El libro cierra con la ponencia que Bettina Cruz compartió –durante la jornada “Revolución de las mujeres, comunalidad y mujeres ante la guerra del capital”, el 17 de septiembre de 2019– sobre la resistencia de la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec, que cuestiona el falso desarrollo que las trasnacionales han prometido para instalar megaproyectos de energía eólica en la región del Istmo de Tehuantepec. Su trabajo problematiza cómo esos proyectos arrebatan la vida y el territorio de los pueblos, convirtiendo los cuerpos en mano de obra barata y a la naturaleza en materia prima; destruyen y dividen a las comunidades a través del engaño, dejando a su paso pobreza y violencia.
Además, Bettina detalla cómo se teje la comunalidad a través de la cotidianidad y la participación de las mujeres en los pueblos y en los procesos de resistencia. Esa región del Sur de México también traza un panorama amplio de la resistencia internacional a través de su lucha por la vida.
Es así que, a través de esos encuentros y del debate de las distintas dimensiones de esta guerra contra la vida, la reflexión más profunda y sincera que nos aportó la realización de ese seminario consiste en la crítica que la ciencia de las mujeres plantea a todas las estructuras y formas patriarcales que el sistema capitalista conlleva a través de sus instituciones, así como su reproducción por medio del individualismo. Retomamos los aprendizajes de las mujeres kurdas que se analizan en este libro para traducir nuestra propia aportación. Nuestra lectura debe comenzar desde ahí, desde el espacio que nos compete analizar y construir en lo cotidiano.
Consideramos que no es tan difícil observar que existe una ausencia de crítica real a las ciencias sociales en lo que refiere a las estructuras y lógicas con las que funcionan, como las relaciones de competencia, la insensibilidad, la subestimación hacia las ideas y el trabajo de las mujeres, la ausencia y desvalorización del cuidado.
Las relaciones patriarcales son la base que sostiene al sistema capitalista como sistema de dominación. En ese sentido es evidente el papel que juegan las instituciones como la academia en el proceso de legitimación y reproducción de ese tipo de relaciones, pues las promueve y oculta con discursos de aparente solidaridad con las mujeres. Las lógicas que continúan imperando en las operaciones y funcionamiento de las instituciones son lógicas jerarquizadas, autoritarias, de productividad y de competencia; es decir, relaciones patriarcales. Es posible apreciar eso observando los lugares de coordinación y dirección, que no sólo todavía son en su mayoría ocupados por varones, sino que además emiten muchas veces los mismos principios de superioridad que pretenden negar. Y cuando no es ese el caso, los espacios a los que las mujeres acceden son concedidos desde las posiciones ganadas por ellos.
En las ciencias sociales, sobre todo, el discurso que se difunde abiertamente mantiene principios ocultos, negados o sutiles, que se disfrazan de aparente amistad con las luchas y necesidades de las mujeres. De manera oficial la academia se pronuncia en contra de la violencia hacia las mujeres, del acoso, de la desigualdad en los espacios y de los falsos valores de superioridad de los hombres sobre las mujeres, pero en el discurso oculto (es decir, aquél que en realidad organiza las decisiones) continúa primando la desconfianza, la presión y la subestimación al trabajo que las compañeras realizan. Los espacios siguen mirándose como lugares concedidos, otorgados por buena voluntad o debido a méritos intelectuales; las decisiones jerarquizadas gobiernan los espacios y las relaciones son de competencia y mandato, no de compañerismo y verdadero trabajo en equipo, donde cada quien aporte y contribuya al aprendizaje de los demás en función de su experiencia. Permanece el orgullo y el sentido de superioridad en todas las relaciones reproducidas por los compañeros y compañeras, que son claramente principios patriarcales.
En las relaciones de la academia, y concretamente en las ciencias sociales, las competencias no son abiertamente por cuestiones económicas; consisten más bien en competencias de egos. Es una competencia entre pensamientos revolucionarios o militantes, donde cada quien pretende decir cuál es la verdadera militancia o “entrega” real a la lucha o actividades de resistencia. Por tanto, el conocimiento que se produce en esos espacios no es conocimiento para cambiar la vida cotidiana y las relaciones inmediatas, puesto que esta crítica no parte de la experiencia de lo cotidiano. Existe y persiste la ausencia de una relación primordial con el cuidado y la reproducción de la vida. La crítica permanece vacía de radicalidad, debido a que la militancia continúa separada o mutilada de las relaciones de cuidado, que inician desde el involucramiento con las tareas domésticas y el espacio de lo íntimo. Si continúa existiendo esa desconexión, los discursos de militancia y revolucionarios continuarán siendo vacíos y sin sentido; consideramos (y esto es precisamente lo que estamos aprendiendo de las compañeras kurdas) que la verdadera crítica y militancia revolucionaria comienza con la vida cotidiana, con las relaciones inmediatas y afectivas con las mujeres que nos rodean, sean madres, hermanas, pareja, colegas o alumnas.
Entonces preguntamos: ¿para qué están sirviendo los espacios de organización y militancia que se dan en los espacios académicos? ¿Cómo pueden ser espacios realmente revolucionarios? ¿En qué consiste realmente la militancia? La compañera kurda Melike Yasar nos transmitió el aprendizaje que comparten las mujeres kurdas al respecto: la militancia y la disciplina comienzan en la vida cotidiana, la autocrítica, las acciones “pequeñas” y en las relaciones más inmediatas.
Es urgente empezar a radicalizar nuestros espacios hasta convertirlos en verdaderos entornos de confianza y cuidado, pues de no constituirse de esa manera jamás podrán ser espacios de aprendizaje colectivo, donde cada persona pueda desnudarse a sí misma y reconocer sus propios errores ante los demás, y en especial ante las demás; es decir, el crecimiento real que está significando la militancia en su vida personal. Necesitamos buscar la manera en que nuestros espacios y nuestros discursos de militancia se transformen en radicales rigiéndose permanentemente por los principios de crítica y autocrítica constante. Eso significa, en el fondo, dejar de justificar nuestras contradicciones más viejas que, aunque decimos conocerlas, aún sigue faltando reconocerlas no sólo ante nosotros mismos, sino ante los demás, en primer lugar; y en este sentido por eso es que es necesario convertir cada espacio que se pronuncia “revolucionario” en espacios de confianza y respeto, en espacios no patriarcales. Mientras persista la crítica insensible y la ausencia de autocrítica confesada, no existirá crítica real, sino juicios duros y vacíos que poco modifican las instituciones que habitamos. La militancia debería valerse sobre todo de la relación con el cuidado de la vida, la naturaleza y las personas.
Es necesario decirlo con todas sus letras: en la academia y en los espacios académicos existe una alienación de la vida igual o peor a la que se da a través del trabajo proletario, que se produce así por las formas, estructuras y tiempos patriarcales desconectados de la transformación de la vida cotidiana y el cuidado. Esas lógicas se presentan también en los espacios de militancia externos a la academia. Se subestima la capacidad de transformación que tiene el espacio de lo íntimo y cotidiano, porque se sigue pensando que la organización comienza con los pueblos, con las personas con las que nos solidarizamos, con las luchas de quienes conoceremos. Y es cierto, eso es muy importante e imprescindible, pero no puede ser posible ni real si el espacio de lo cotidiano y de nuestra persona no es distinto. La verdadera disciplina no sólo consiste en la entrega a la lucha y la organización, sino en la voluntad de aceptar y recibir la crítica, la fuerza para enfrentar las crisis propias, la intención de entregar-nos confianza, y el respeto por las acciones, tiempos, pensamiento y conocimiento de las personas.
Esperamos que la semilla de la jineoloji y de la lucha de las mujeres kurdas irrumpa y florezca en todos los espacios académicos, pero también en todos los lugares donde está en potencia la organización y la lucha contra la guerra en todas sus expresiones, por una sociedad libre que tenga en el centro la vida, los cuidados, la naturaleza, la organización y el apoyo mutuo.
Hadasa Herrera y Alejandra Guillén
Índice del libro
Introducción (Hadasa Herrera y Alejandra Guillén)
Pensar la lucha de las mujeres kurdas desde América Latina (Mónica Gallegos)
Presentación de Melike Yasar (Jorge Alonso Sánchez) 25
Entender mundos y vincular luchas: El Movimiento de Mujeres Kurdas y los pueblos en México y América Latina (Inés Durán)
¿Por qué jineoloji? Reconstruyendo las ciencias hacia una vida comunitaria y libre (Gönül Kaya)
El Movimiento de Liberación de las Mujeres de Kurdistán por una Lucha Universal de las Mujeres (Koma Jinên Kurdistanê – KJK – Unión de Mujeres de Kurdistán)
Nación Democrática (Abdullah Öcalan)
Repensar la experiencia kurda (Jorge Alonso Sánchez)
Un octubre patriarcal y colonial ataca la revolución de las mujeres (Jorge Alonso Sánchez)
El significado de la revolución en Kurdistán para América Latina (Marcelo Sandoval)
Los anticapitalismos del siglo XXI (Jacobo Silva)
Comunalidad y mujeres ante la guerra del capital (Bettina Cruz)
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Fuente: KURDISTANAMERICALATINA